El presidente palestino, Mahmud Abás, ha apelado a la ONU para que obligue a Israel a permitir que los refugiados palestinos de Siria puedan radicarse en Cisjordania y Gaza en lugar de jugarse la vida en busca de un refugio seguro.
"En lugar de verse obligados a huir desesperados a países vecinos o a lanzarse a un viaje peligroso para abandonar Oriente Medio en busca de seguridad, estabilidad y sustento, debe permitirse a los refugiados palestinos unirse a sus hermanos y hermanas en su hogar nacional, donde serán más que bienvenidos y cuidados", dice una carta oficial difundida la pasada madrugada por la OLP.
Dirigida al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y a los presidentes del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General, la misiva está firmada, en nombre de Abás, por el embajador de Palestina ante ese organismo internacional, Riyad Manosur.
En ella se destaca el sufrimiento de cientos de miles de refugiados palestinos en Siria, 80.000 de los cuales ya han abandonado ese país a causa de la guerra civil, aunque quedan otros 480.000, según el documento.
"Más de la mitad han sido desplazados de sus campos de refugiados y el 95 % está en necesidad de asistencia humanitaria para sobrevivir a diario", refiere.
Hasta el comienzo de la guerra, los refugiados vivían en campos administrados por la agencia de la ONU UNRWA, que sigue ofreciendo -donde puede- sus servicios humanitarios a pesar de las severas dificultades y el peligro que rodea a su personal.
Abás agradece ese servicio pero considera que ello "no debe mitigar el verdadero peligro que sufren civiles inocentes e indefensos que se ven atrapados en medio de un horrible conflicto".
Y recuerda sus últimos llamamientos a líderes de todo el mundo, en particular de la ONU, "para apoyar nuestros esfuerzos de traer a los refugiados al territorio palestino ocupado".
"Sin embargo, Israel, la potencia ocupante, ha rechazado este llamamiento, incluso a la luz de las graves tragedias que viven los refugiados (...) y de los llamamientos de la comunidad internacional de ofrecer un refugio seguro a miles de refugiados que huyen del conflicto", insiste la carta.
El problema en general de los refugiados de Siria, país con el que Israel tiene frontera, es seguido de cerca por las autoridades israelíes, y hace unos días el líder de la oposición, Itzjak Herzog, hizo un llamamiento para permitir el ingreso de un número consensuado dentro de los esfuerzos internacionales para lidiar con este problema regional.
Sin embargo, su llamamiento provocó airadas críticas del campo nacionalista por el impacto que puede tener para la situación regional y para las futuras demandas palestinas en un proceso negociador.
El caso particular de los refugiados palestinos -que en toda la región de Oriente Medio rondan los 5 millones- es uno de los más espinosos del histórico conflicto que enfrenta a israelíes y palestinos, y uno de los temas cruciales que ambas partes deberán resolver en futuras negociaciones de paz.
Israel se niega a que los refugiados regresen a su territorio reconocido porque supondría un cambio demográfico radical y la consiguiente pérdida de su identidad judía.
En cuanto a los territorios ocupados, antes de autorizar su ingreso en masa, quiere garantizar por medio de un acuerdo de paz una declaración que ponga fin a las demandas nacionales palestinas, entre ellas la de que los refugiados no regresarán a sus hogares hace décadas.
