Reimplantan una pierna tras mantenerla viva en la ingle y en un tobillo

Publicado: 16/11/2008
El cirujano Pedro Cavadas ha conseguido reimplantar a un joven de 20 años la pierna derecha, que le fue amputada en un accidente laboral, aunque para salvar la extremidad mientras el muñón quedaba limpio, la reimplantó provisionalmente en la pierna izquierda...
El cirujano Pedro Cavadas ha conseguido reimplantar a un joven de 20 años la pierna derecha, que le fue amputada en un accidente laboral, aunque para salvar la extremidad mientras el muñón quedaba limpio, la reimplantó provisionalmente en la pierna izquierda, primero en la ingle y después en el tobillo.


Así lo aseguró a Efe Cavadas, quien indicó que el paciente, José de la Cruz, sufrió el pasado 4 de octubre la amputación de la pierna derecha en un accidente laboral con una cinta transportadora, aunque la lesión que quedó “era muy sucia”.


Por ello, en lugar de reimplantar la pierna en su sitio, ante el riesgo de complicaciones y de la pérdida del reimplante, decidió el reimplante de la extremidad amputada en la ingle de la pierna izquierda hasta que el muñón de la pierna derecha estuviese limpio.


El 10 de octubre se transfirió el pie derecho desde la ingle izquierda al muñón derecho, que aparentemente ya estaba limpio, aunque durante el postoperatorio surgieron complicaciones que obligaron a varias microcirugías complejas para solucionarlas.


Once días después, el 21, y ante una infección incontrolable de la herida que ocasiona la oclusión de la circulación del pie derecho, fue transferido de nuevo a la pierna izquierda, pero en esta ocasión al tobillo, para poder controlar la infección y restablecer la circulación en el pie.


El día 10 de noviembre se transfirió por segunda vez la pierna derecha desde el tobillo izquierdo al muñón derecho, aunque esta vez la intervención transcurrió sin complicaciones.


Según Pedro Cavadas, el paciente, que aún permanece hospitalizado “estable y encantado”, ha sufrido un acortamiento del esqueleto de la pierna de aproximadamente doce centímetros, que en cerca de un mes será corregido mediante el alargamiento de la tibia.


El cirujano señaló que espera que el resultado a conseguir en este paciente sea “sin duda mejor que con una prótesis”.


Cavadas destacó que se trata de un caso “único” porque tras un primer reimplante ectópico (en la ingle) fue necesario un segundo reimplante ectópico (en el tobillo) para salvar la extremidad amputada. “Suele darse por perdida la situación mucho antes”, señaló.


Además, indicó que los reimplantes ectópicos de urgencia son “muy infrecuentes”, y se han descrito en la literatura “muy pocos casos”.


Según Cavadas, las amputaciones de miembros inferiores no suelen reimplantarse, ya que “se dice que el resultado es peor que una prótesis”, y solo unos pocos equipos en el mundo “tienen el entrenamiento y la experiencia suficientes para conseguir resultados en los reimplantes de miembro inferior mejores que una prótesis en un plazo de tiempo razonable”.


El cirujano también destacó que se trata de un accidente laboral en el que ha sido necesario un tratamiento “extremadamente complejo, y significativamente caro, para proporcionar el mejor resultado posible a un paciente joven”, comentó.


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