Las marismas gaditanas ofrecieron en 1987 el espectacular atardecer que Steven Spielberg necesitaba para rodar su aclamada película
Las marismas de Guadalquivir de Trebujena (Cádiz) ofrecieron en 1987 el espectacular atardecer que Steven Spielberg necesitaba para rodar su aclamada película "El Imperio del Sol", una producción que durante tres meses llevó a convivir a este pueblo agrícola con una superproducción estadounidense y cuya historia recoge ahora un documental.
"Steven quiere conocerte" es el título de este documental que han dirigido Silvia Moreno y Dani Llamas y que, a la espera de que llegue la fecha de su estreno y se inicie su recorrido por festivales, ya ha sido proyectado ante sus protagonistas, los vecinos de Trebujena que trabajaron para convertir aquellas marismas en un campo de prisioneros japonés que vivió incluso bombardeos cinematográficos.
"Este pase fue muy emocionante", dice Silvia Moreno (Cádiz, 1979) y, cuyo primer documental "Callejeras", sobre las mujeres en el carnaval de Cádiz, obtuvo el Premio Biznaga de Plata de la sección "Afirmando los derechos de las mujeres" del Festival de Málaga.
Especialmente emocionante porque la proyección se convirtió además en un homenaje a John Baker, artífice de los efectos especiales de varias películas de Spielberg y fallecido en Trebujena el pasado 1 de mayo, antes de ver esta cinta a la que él prestó su testimonio.
Durante el rodaje de "El Imperio del Sol" John Baker y una joven del pueblo que actuó como extra, Isabel Galán, se enamoraron e iniciaron una historia de amor que llevó al estadounidense a quedarse en el pueblo hasta el final de su vida, hace apenas unas semanas.
Su historia de amor es una de las pocas huellas que ha quedado en Trebujena de aquella primavera de 1987 en la que el pueblo acogió una superproducción del cine estadounidense.
Los recuerdos y anécdotas de los vecinos que vivieron aquel episodio son los protagonistas de este documental construido de forma "coral" con las aportaciones de quienes vivieron aquella experiencia.
"Lo que queríamos contar era el choque cultural entre un pueblo trabajador de la tierra y el equipo de la superpotencia que llegó para hacer la película", cuenta la directora en declaraciones a EFE.
Silvia Moreno no sabe cómo llegó a encontrar Spielberg esta localización: él buscaba un atardecer imponente y "se habla" que su equipo lo vio en un anuncio de aceite rodado en las marismas de Trebujena. Allí tenía también mucho terreno sin cultivar para construir el decorado de un campo de concentración junto al río Wusong, una estación de tren, un hospital y hasta un aeropuerto.
El pueblo nutrió de mano de obra y extras a la producción: "necesitaban mucha mano de obra. Es muy curioso porque Juan Olivero, su alcalde entonces, intentó defender los derechos laborales de sus vecinos. Se llega a decir que Spielberg conoció en Trebujena el derecho a la huelga".
"La intención del documental era darle dignidad al pueblo, a esa mano de obra anónima que hizo posible esa película, como otras", cuanta la directora de esta cinta producida por No Ficción, una plataforma de documentales andaluces.
El Puerto de Santa María y Jerez fueron algunas de las localidades que albergaron a la gran cantidad de personal que se desplazó al rodaje y que sirvieron para su logística.
"Las bobinas del rodaje las tenían que mandar a Londres por avión", cuanta la directora. Una antigua bodega de Jerez sirvió para almacenar parte de la ingente cantidad de material que se necesitó, como los aviones con los que se grabarían los bombardeos sobre el campo de prisioneros.
"La gente de Trebujena guarda muy buenos recuerdos de aquellos meses", cuenta la cineasta de este documental que será otra de las huellas que quedará sobre el tiempo en el que las marismas de Trebujena formaron parte de "El Imperio del Sol".
Sobre su paisaje, parece que podría seguir rodándose en el futuro una secuela, una vez que el macroproyecto para construir en esta zona de marismas desecadas una urbanización de lujo con hoteles, campos de golf y 300 viviendas no ha obtenido el visto bueno de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para ser construido.