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Punta Umbría

El gótico mallorquín se une al universo de Miquel Barceló

Exposición del artista en el palacio de los papas en aviñón

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  • Miquel Barceló. -
En el Palacio de los Papas de Aviñón, allí donde Picasso presentó su última y criticada muestra en 1970, Miquel Barceló inaugura hoy una exposición que llevará un diálogo entre su obra y el gótico mallorquín del siglo XIV a esa ciudad del sureste francés estrechamente ligada al archipiélago balear.

Barceló (Felanitx, Mallorca, 1957), uno de los creadores contemporáneos más reconocidos del paisaje artístico español y prominente símbolo de la cultura mallorquina, llevaba años soñando con exponer en el Palacio de los Papas de Aviñón.

Y no sólo porque fue allí donde el maestro cubista malagueño, cuatro años antes de morir, se despidió de las inauguraciones pictóricas, sino también porque es la ciudad en que vivían los Pontífices, que nombraban a los obispos mallorquines quienes desarrollaban el gótico de la isla, hace más de seiscientos años.

La más importante
Así explicó la directora del Museo de Mallorca, Joana María Palou, el origen del embrión que dio lugar a la exposición, la más importante dedicada a Barceló en Francia, que podrá visitarse desde 27 de este mes y 7 de noviembre.

La muestra Terra-Mare. Majorque, le Royaume au milieu de la mer (Terra-Mare. Mallorca, el reino en medio del mar) podrá verse en tres escenarios: la capilla del Palacio de los Papas, la Colección Lambert -propiedad del galerista y valedor de Barceló en Francia, Yvon Lambert- y el Musée du Petit Palais.

En ella, el universo creativo de Barceló , representado por un vasto espectro material que va desde pinturas que evocan su isla natal hasta máscaras de terracota, se fundirá con medio centenar de obras -esencialmente pinturas y retablos- del gótico mallorquín del siglo XIV, referencial en la obra del creador contemporáneo.

Mallorca en francia
Se trata de trasladar a Francia esa Mallorca que representa un “cruce de caminos de la mar y la tierra”, reveló Palou, esa “tierramadre” en la que se crió Barceló y en cuyo suelo buscó sus raíces creativas sobre las que cimentar ese arte suyo tan aplaudido actualmente. La inserción de Barceló en la ciudad comienza alrededor de la célebre pieza escultórica de un elefante de bronce de siete metros y medio que se sostiene sobre su trompa, enclavado en el centro de la plaza en la que desembocan el Palacio de los Papas y el Petit Palais.

A partir de ahí, quienes visiten Aviñón -que celebra este año la 64 edición de su prestigioso festival de teatro- podrán introducirse en un viaje que transporta a los ojos del visitante desde las esculturas de terracota o las pinturas del artista hasta una cincuentena de retablos y pinturas góticos. “Es una oportunidad única para difundir un patrimonio cultural importantísimo y desconocido en Europa”, celebró Palou, quien junto a Barceló y otros expertos, seleccionó las piezas góticas, que mantienen un “diálogo natural” con la obra del creador mallorquín, muy vinculado también a la exótica realidad de Mali.

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