El gran saltarín de la comedia al drama y sin perder el matiz
Adon José Luis le veíamos por el barrio con sombrero, bufanda y el rostro encerrado en sí, ajeno a quien era y la gente le contestaba igual, guardándole el anonimato de ese hombre que ocupó sus vidas desde la pantalla a veces haciéndoles reír y otras dejándoles el poso de la tristeza o la angustia.