Vestida como un mosquetero la cantante romana ha entrado en el escenario como un vendaval tirando el sombrero y ha empezado con la primera aria, Come nave in mezzo..., de Porpora, a levantar los primeros de los múltiples bravos que se ha llevado esta noche, acompañada por el II Giardino Giovanni Armonico, que dirige Giovanni Antonini, los 20 instrumentistas con los que también ha grabado el disco Sacrificium.
El disco que anoche presentó en Madrid, y en el que rinde homenaje a los castrati, esos niños con cuerpo de hombre y voz de mujer que, después de los siete y antes de los doce años, en la Italia de finales del XVII y el XVIII, se les castraba para que su voz fuera clara y aguda.
Once arias escritas para los cantantes más famosos de la época, como Farinelli. Y la mosquetera, según fue interpretando, se quitó ropa: primero la capa, después la levita y el chaleco hasta quedarse al final en camisa blanca, con chorreras, y calzando unas botas de caña muy alta hasta casi la ingle.