Estos son mis principios…

Estoy de hipocresía (y de imbecilidad, que para el caso…) hasta mucho  más allá de dónde una persona con criterio y capacidad reflexiva puede estar. Todo el paripé montado por el Partido Popular en el asunto de la intervención (democrática y legitimada por sus votantes, que deberían ser tan respetables como cualquiera otros en democracia, o al menos los que defienden a la ultraderecha así deberían pensarlo) es para miccionar y no echar gota; por un lado, porque se pidió a los abertzales que dejaran de recurrir a la violencia y reclamaran sus reivindicaciones desde la política, pero ahora, cuando hay un partido heredero de algunas de aquellas ideas (que no de las formas violentas, evidentemente), se les niega la posibilidad de tomar decisiones, de participar, de actuar democráticamente; por otro, porque desde luego, lo peor es el numerito de algunos diputados y diputadas peperos que parecen no recordar (o a lo mejor es que lo recuerdan perfectamente) como un mes después del infame asesinato de Miguel Ángel Blanco, el presidente del Gobierno del Partido Popular José María Aznar empezó a llamar a los delirios independentistas Movimiento Vasco de Libración Nacional y comenzó a negociar con ETA para acabar con aquel terror sin sentido, mientras su ministro de Interior, acercaba presos a Euskadi. Pero, hoy, se trata de montar el pollo, de negar la democracia, de impedir que haya un gobierno de progreso en Madrid (aunque no les importa pactar gobiernos autonómicos con la ultraderecha). Poca justificación puede tener que en sus discursos electorales y a diario en sus intervenciones los dirigentes del PP, de Ciudadanos, digan que lo que importan son los españoles y su bienestar cuando, ante una amplia panoplia de medidas sociales que benefician a una mayoría frente al interés de unos pocos (de los de siempre por cierto), se recurra al frentismo, al insulto, a la siembra del odio, a la descalificación de la democracia, esa que sí parece que sirva para que por ejemplo en Andalucía quien no ha ganado las elecciones cono Juanma Moreno esté gobernando mediante un pacto, pero no les gusta si en el Gobierno central va a haber un ejecutivo de izquierda con un presidente al frente que si ha sido el más votado por los españoles. Pero, es lo que se puede esperar de quienes no entienden de democracia y el respeto, de quienes tienen entre ceja y ceja su interés personal y partidista, de quienes solo admiten el juego democrático si les beneficia a ellos y a los intereses de sus lobbies y minorías privilegiadas. Lo mismo  es que ahora lo bueno es que haya otras elecciones, no sé, son tan delirantes…, en vez de un gobierno de una vez por todas. Menos mal que los Reyes Magos traerán su regalo para el interés común el día siete con la investidura… Después, por supuesto, a estar atentos, a exigir que se cumpla lo prometido, a no bajar la guardia, a no permitir derivas que destruyan.