Veinticinco años se cumplen del secuestro y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco, el concejal popular que en julio de 1997, con 29 años, la banda terrorista ETA acabó vilmente con su vida. Su crimen marcó un antes y un después a la hora afrontar la lacra de ETA y hoy sigue siendo un símbolo en la lucha contra el terrorismo y en la memoria democrática de España.
Como el fuerte viento de levante, así se levantó la sociedad española durante los días 11, 12, 13 de julio y a posteriori para condenar el asesinato del concejal, con fuerza de manera incesante. Así lo describió la portavoz del PP, Auxiliadora Izquierdo, cuyo grupo convocó este martes una concentración en memoria de este suceso que conmovió a la sociedad española y que desde el partido consideran tan importante recordar para que “la historia no vuelva a repetirse”.
Alrededor de una treintena de personas se concentraron junto al nombre de la calle Miguel Ángel Blanco, en una de las urbanizaciones cercanas al parque Laguna del Moral y tras la guardería de la zona. El grupo municipal popular fue el que organizó el sobrio y sencillo acto en memoria del concejal, aunque destacaron que este no era una convocatoria política, sino un acto ciudadano y social ya que había sido convocado por la Fundación Miguel Ángel Blanco para “reivindicar el espíritu de Ermua (Vizcaya)”. Así comenzó el concejal popular Óscar Curtido, quien dio paso tras la ofrenda floral a la lectura del manifiesto.
A continuación, ciudadanos fueron participando en el acto contribuyendo a la lectura del manifiesto para recordar lo que ocurrió en aquellos crudos días de julio del 1997. ETA, con el secuestro del concejal, amenazó a España en que, si no acercaba a los presos etarras asesinaría a Blanco. La sociedad se echó a la calle para decir “no” a esta amenaza con manifestaciones y concentraciones en repulsa en toda España. En el acto se recordó aquellos gritos como en las calles como “Sin pistolas no sois nada”; “Vascos sí, ETA NO”; “ETA y HB, la misma cosa es”. Sin embargo, aunque la vida del político no pudo ser salvada, se exigió “la aplicación del Estado de derecho para derrotar a la banda definitivamente”.
“Miguel Ángel representaba la libertad de sentirse vasco y español, la tolerancia, la pluralidad política, el constitucionalismo. Todo aquello que ETA quería erradicar. La ideas y principios de Miguel Ángel Blanco eran la antítesis de las de ETA y por esto lo eligieron, como dos años antes a Gregorio Ordóñez y más tarde a muchos otros políticos constitucionalistas. Miguel Ángel Blanco, es un símbolo de convivencia, un referente de todas las víctimas del terrorismo”, recordaron en el acto. A pesar de que políticamente, ETA está derrotado, en el manifiesto subrayan que ahora “se lucha contra el olvido” y recuerdan que más de 300 asesinatos de esta índole siguen sin resolverse y recalcaron haciendo especial hincapié en que “los herederos políticos de HB”, apuntan “siguen sin condenar el terrorismo” frente “al fanatismo de la identidad” y concluyen que la memoria de Miguel Ángel Blanco unió al pueblo español en la defensa de “la vida, la democracia constitucional” como una guía para la que exigir justicia.