Zapatero repite en La Moncloa y el PP crece reafirmando a Rajoy

Publicado: 31/12/2008
El PSOE ganó en as urnas el pasado 9-M, con169 diputados frente a los 153 del PP
agencias
madrid
Lo decían las encuestas y acertaron. José Luis Rodríguez Zapatero volvió a lograr el apoyo en las urnas el 9-M (169 diputados frente a los 153 del PP) y los socialistas repitieron al frente del Gobierno.
Atrás quedaba una legislatura marcada por la crispación y en la que los consensos quedaron dilapidados en casi todas las áreas.

Incluida la lucha antiterrorista, que se convirtió en uno de los ejes de los populares para atacar al Gobierno.
Zapatero pasó la noche electoral en la sede madrileña de Ferraz y sus primeras palabras, tras conocer su victoria, fueron para Isaías Carrasco, ex concejal del PSE que había sido asesinado dos días antes, y las demás víctimas de la banda terrorista: “Los españoles han hablado con claridad y han decidido abrir una nueva etapa sin crispación, que excluya la confrontación, que busque el acuerdo en los asuntos de Estado”.
En esa primera legislatura, la excelente marcha de la economía permitió cumplir buena parte de las promesas electorales y lograr superávit en las cuentas públicas; sin embargo, la nueva etapa no auguraba un escenario tan optimista. El derrumbe del sistema financiero internacional dio paso a una crisis económica mundial que, tras el verano, comenzó a afectar notablemente a España, con el sector inmobiliario en caída libre y el paro como principal preocupación.

Todos con Rajoy

Las elecciones del 9-M rompieron al PP. Tras la derrota electoral, muchos quisieron dar por muerto -políticamente hablando- a Mariano Rajoy, sin embargo, el líder de los populares, cansado quizá de tanto rumor sobre su posible dimisión, decidió no soltar el timón. Se abrió entonces la guerra en la sede madrileña de Génova. Críticas, enfrentamientos, posibles candidaturas alternativas -Esperanza Aguirre y Juan Costa hicieron sendos amagos de librar la batalla-...

En el horizonte, el Congreso de Valencia donde se decidía quién llevaría las riendas del partido, aunque, al final, deparó pocas sorpresas. Rajoy, con dos derrotas electorales a sus espaldas, volvió a salir elegido con el 78,8% de los compromisarios acreditados. Con todo, era el menor respaldo que se había otorgado a un líder de la formación desde la refundación del partido en el pasado año de 1990, ya que en los últimos años habían sido apoyados por porcentajes superiores al 90 por ciento.
Mariano Rajoy hizo su equipo, situó a una mujer como secretaria general, María Dolores de Cospedal, y a otra, Soraya Sáenz de Santamaría, como portavoz en el Congreso.

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