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“Nuestro mayor reto es ayudar al joven a despejar su horizonte”

Jaime Armario, coordinador provincial del Instituto Andaluz de la Juventud, cree que hay que acabar con el miedo a emprender en los jóvenes.

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  • Jaime Armario -

Ya se ha dicho. La crisis ha frustrado las aspiraciones laborales de la generación más preparada y mejor formada de nuestro país. No sólo en materia de empleo, también en cuestiones tan fundamentales como la emancipación. Desde el Instituto Andaluz de la Juventud consideran fundamental para dar respuesta a esa realidad el emprendimiento, de ahí que muchos de sus programas de ayuda estén enfocados en esa dirección. Así lo resalta Jaime Armario, coordinador del IAJ en la provincia, con quien conversamos sobre éste y otros aspectos para entrever el perfil de la juventud de la provincia en estos momentos.

—¿Qué evaluación personal hace de su primer año al frente del IAJ en la provincia?
—Por mi participación en el Consejo Andaluz de la Juventud, era una materia que ya conocía, pero tengo que destacar que he encontrado mucho más de lo que conocemos a diario, que es el trabajo incansable de entidades y colectivos que trabajan codo con codo con la juventud, que tal vez no se vea reflejado en titulares de prensa, pero que hacen una labor fantástica. Y también las políticas activas de cara a la juventud que se están impulsando desde la Junta y desde el IAJ y orientadas a esta situación actual en la que parece que a la juventud se le está intentando quitar la esperanza.

—¿Cómo se traduce eso?
—Desde el IAJ tenemos diferentes líneas de actuación, desde fomentar la participación, los valores democráticos, el asociacionismo… Hemos empezado además una línea de emprendimiento innovadora. En este sentido, queremos convertirnos en la puerta de entrada para los jóvenes para que encuentren toda una carta de servicios para que den sus primeros pasos en el mundo laboral. Así, les ofrecemos desde formación hasta fomento del asociacionismo, pasando por el respaldo a jóvenes creadores (tenemos una serie de certámenes que son únicos en España para que puedan desarrollar su talento), o el proyecto Innova Activa 6000, que es una línea para que puedan constituir sus primeras empresas… En definitiva, el objetivo es poner a disposición de los jóvenes todas las herramientas necesarias para que puedan dar sus primeros pasos en diferentes aspectos.

—¿Cómo se asesora a los jóvenes para que puedan abrirse camino en el mercado laboral?
—En la situación actual el problema es que no ven el horizonte, y ése es el mayor reto para nosotros, ayudar a despejar ese horizonte, frente a una juventud que no ve a largo plazo la solución. Para ello, desde el IAJ apostamos mucho por las líneas de formación de empleabilidad, a través de la que desarrollamos diferentes cursos de formación y en las que ya han participado unos 800 jóvenes de la provincia, pero también hemos puesto en marcha una línea novedosa, que es la Innova Activa 6000, a través de la cual los jóvenes, sobre todo universitarios y con titulaciones de grado superior, que quieran crear su propia empresa, puedan dar el paso y hacer realidad su proyecto. La circunstancia que nos encontramos hoy en día es que son muchos los jóvenes universitarios que disponen de una gran formación, pero que comprueban que la única manera de desarrollar su trabajo es marchándose fuera, de ahí que con este proyecto lo que pretendemos es dar ese primer paso en su favor, ofreciéndoles una subvención que sea el primer paso en el crédito, ya que el otro gran problema que encuentran es que tienen una idea y un proyecto pero no acceso al crédito, y si no lo tienen es muy complicado que salgan adelante. Desde el IAJ le damos su primera constitución de empresa, e incluso aportamos parte del material inicial que se precisa para poner en marcha la empresa, pero sobre todo les adelantamos el dinero de ese crédito que no les conceden los bancos, incluso antes de constituir la empresa, una vez que se conoce su proyecto de viabilidad, y hemos tenido un resultado bastante interesante en Andalucía, ya que hemos llegado a atender a unos 540 jóvenes que se van a poder acoger a esta línea de ayuda, y el año que viene vamos a apostar de nuevo por este programa, ya que ha sido una iniciativa muy novedosa, pero tal vez nos ha faltado algo más de información a la hora de dar a conocer sus virtudes. Lo que sí hemos apreciado es que en la provincia de Cádiz hay un flujo muy importante de jóvenes que quieren dar el paso y emprender, y es una satisfacción asimismo comprobar que ves mucha calidad en los proyectos y jóvenes con muchas ganas.

—Sin embargo, por muchas ganas que se tenga para emprender, si no fluye el crédito desde los bancos es imposible, y tampoco desde el IAJ se podrán financiar todos los proyectos que les presenten. ¿Cómo se afronta ese problema?
—Este año hemos tenido una línea de 1,7 millones de euros para facilitar ayudas a los emprendedores y se va a renovar de cara a 2014, no sabemos si incrementada, pero orientada en el mismo sentido. Además, a ello hay que sumar las políticas no sólo del IAJ, sino las realizadas desde la Consejería de Empleo, caso del Bono Joven, las ayudas al autónomo, que son iniciativas pioneras o fundamentadas en un mayor respaldo económico en comparación con otras comunidades autónomas, a pesar de que desde el Gobierno central se le viene recortando a la Junta en fondos para las políticas activas de empleo. En este sentido, el emprendimiento y la empleabilidad son una apuesta fuerte de la Junta de Andalucía, ya que se han convertido en una nueva fórmula para hacer frente al cambio de modelo económico imperante, que estaba basado en el ladrillo fundamentalmente, y en cuyo sector había implicados muchos jóvenes.

—Para emprender, hay que saber cómo hacerlo, y ustedes, desde el IAJ cuentan con su propia Escuela de Emprendedores, que se acaba de celebrar en Granada, ¿cómo son los resultados obtenidos hasta ahora?
—Tenemos tres escuelas desde las que se forma en valores: la del emprendimiento, la de igualdad y la interculturalidad. En la de emprendimiento han participado más de cien jóvenes de todas las provincias andaluzas, de la de Cádiz fueron unos 20, y pasan por una escuela con diferentes especialistas en materia de emprendimiento que les incentivan de cara a asumir la cultura emprendedora. Suelen ser jóvenes de grado medio o ciclo superior de la formación profesional, también universitarios, bajo el compromiso de ir rompiendo con los tópicos existentes hasta ahora en la cultura empresarial y mostrar el camino en el emprendimiento. Estas escuelas también les permiten conocer las experiencias de otros jóvenes empresarios que dan a conocer sus proyectos y cómo los hicieron realidad, que es la mejor forma de hacer ver que hay que romper con esos miedos y esos mitos que muchas veces les frenan. Hay que tener en cuenta asimismo que en el transcurso de los dos últimos años ha subido en 10 puntos el número de jóvenes andaluces con titulaciones universitarias y de grado superior, por lo que también se ha ampliado el número de jóvenes que pueden participar de estas iniciativas. 

—¿Y cómo se apoya a los que no tienen titulaciones académicas o formación para acceder a estas ayudas al emprendimiento?
—Es cierto que pese a que ha subido el número de titulados en Andalucía, hay una masa de jóvenes muy importante sin formación académica superior y que en su mayor parte proceden del sector de la construcción. Ahí se está produciendo un flujo muy importante, ya que han visto que el camino principal para regresar al mercado laboral pasa por la formación reglada, y es ahí donde estamos contribuyendo en su favor, con iniciativas formativas centradas principalmente en inculcarles la cultura emprendedora y que se están desarrollando desde nuestros centros de información juvenil, en los de Andalucía Emprende, en los CADE, que me consta que hacen un trabajo importante con los institutos y centros educativos de cada ciudad  para inculcar esa nueva cultura empresarial. No es la solución definitiva, pero sí es una pata más dentro de la economía y dentro de las posibilidades que tenemos a la hora de aportar a los jóvenes andaluces nuevas ideas para mejorar el sistema productivo que tenemos en estos momentos..

—Los que no consiguen ni empleo ni ayudas, terminan viajando al extranjero a buscarse la vida. ¿Desde el IAJ hay alternativas a esa realidad?
—Ese es el reto que tenemos de cara a los próximos años, la necesidad de despejarles el horizonte para que no tengan que salir de España en busca de empleo. Puedo contarlo además a través de mi experiencia personal, ya que me vi obligado a viajar a otro país y me los encontré allí, porque una cosa es cómo lo ves por la tele y otra verlo personalmente, y la verdad es que a uno le impacta la cantidad y la calidad de jóvenes que han tenido que marcharse fuera de España para encontrar trabajo al no tener más esperanzas. Para combatir ese tipo de situaciones es por lo que hemos creado iniciativas como la de Innova Activa, o el Bono Joven, que lo que facilita al joven es que se le pueda contratar en una empresa a la que se le ahorra un dinero de su contratación, y que son apuestas que lo que pretenden es afianzar la formación. Pero tenemos que seguir trabajando en esa línea de que nuestros talentos se queden en Andalucía, porque invertimos mucho en Educación, y tenemos que seguir haciéndolo, pese a los recortes que nos llegan impuestos por el ministro Wert, para no perder ese talento. Todo lo que hace la Agencia Idea o nosotros desde el IAJ lo que persigue es intentar retenerlo. Lo estamos consiguiendo en algunos aspectos, pero en otros habrá que redoblarlos. 

—Otra opción es la de viajar al extranjero pero dentro de un programa formativo de intercambio cultural, ¿cómo se apoya desde el IAJ este tipo de alternativas?
—Es una de nuestras funciones. En este sentido, no quiero pasar por alto un hecho significativo ahora que ha habido tanta polémica por parte del Gobierno central con las Becas Erasmus: Andalucía aporta a esas becas lo mismo que el Estado para toda España. Eso te demuestra la apuesta que se hace desde Andalucía para contribuir a la mejora de la formación de los jóvenes andaluces, y que los jóvenes que puedan viajar a otros países, crean ese dinamismo, crean lazos de investigación, de trabajo, de cultura, y eso enriquece mucho a las personas. Y no sólo a través de una beca Erasmus; desde el IAJ, por ejemplo, contamos con el plan de movilidad europeo que gestionamos a través del programa Juventud y Nación. Son experiencias inolvidables, muy enriquecedoras y que hacen que muchos jóvenes participen de las mismas incluso a través del voluntariado europeo, lo que les ha servido a continuación a su regreso a Andalucía para montar diferentes asociaciones, entidades o empresas tal y como las han visto a través de su experiencia en estos programas de intercambio europeo. Nosotros en el transcurso de este último año hemos destinado casi un millón y medio de euros a programas de este tipo, ya sea desde voluntariado, información, de intercambio con asociaciones que vienen a conocer nuestra experiencia o vamos nosotros a sus países a conocer las suyas. Y en este último año todo ello se ha traducido en que unos 1.800 jóvenes se han visto beneficiados por algunas de estas experiencias. El año que viene cambian muchos de los programas por parte de la Unión Europea, aunque parece que la inversión destinada se mantendrá o incluso se ampliará. La verdad que cuando uno comprueba la efectividad de estos programas y el coste que tienen resulta hasta ridículo, ya que no representa ni el 10%  del dinero que se ha destinado al rescate de la banca. 

—En cualquier caso, parece evidente que sin el apoyo de las instituciones y las administraciones, los jóvenes de hoy en día tienen muy complicado su acceso al mercado laboral...
—Y ése es el tejido con el que pretende contribuir la Junta, manteniendo las becas, la educación, las iniciativas formativas… No podemos dejar desamparados a los jóvenes y condenarlos al sálvese quien pueda. Tenemos que proteger ese tejido para que nadie caiga. Saldremos más tarde o más temprano, pero que salgamos juntos de la situación en la que nos encontramos.

—¿Qué resultado están dando el Plan Gyga?
—Es un plan que se desarrolla desde hace unos años desde el IAJ y en el que confluyen las diferentes políticas que hace la Junta en materia de juventud. Es un plan participativo, que se elaboró con el apoyo de las diferentes asociaciones a través de un proceso de participación para ver qué iniciativas y acciones había que desarrollar desde el IAJ y en coordinación con otras consejerías de la Junta. Los datos son bastante buenos; de hecho estamos en fase de evaluación con la finalización del segundo plan Gyga, y tendremos que ir a un tercer plan, partiendo de nuevo del sondeo y trabajo en común con la ciudadanía, sin olvidar que al mismo se le sumará en los próximos meses la Ley Andaluza de la Juventud, que es un proyecto novedoso con el que se quiere poner en pie todo lo que estamos haciendo por la juventud andaluza hasta ahora y facilitar la incorporación de nuevas iniciativas

—Hablando de participación, ¿son los jóvenes de la provincia participativos?
—Yo creo que estamos viviendo la generación más participativa en mucho tiempo. Además, a partir de un cambio de mentalidad y un mayor espíritu reivindicativo por derechos colectivos, no individuales, y eso es un paso importante que se ha dado a través de la acción diaria. Son muy participativos, incluso políticamente. Se preocupan asimismo por todo tipo de cuestiones, no sólo económicas, sino también la sanidad, la educación… Basta con recordar que fue un joven de Chiclana el que a través de las redes sociales desencadenó toda la polémica por el caso de las becas Erasmus. Hoy la juventud de la provincia está mejor formada, mejor intercomunicada y con mayor espíritu crítico, y tenemos que seguir adelante en ese aspecto.

—¿Cómo se refleja eso en el tejido asociativo de la provincia?
—De las grandes y gratas sorpresas que me he llevado al frente del IAJ en la provincia es el tejido asociativo con el que se trabaja. Muchas veces no nos damos cuenta, pero hacen un trabajo diario fantástico. Aquí en la provincia hay unas cien asociaciones que se dedican a trabajar con jóvenes, desde cuestiones medioambientales, en temas de valores, educacionales, de exclusión social… Yo tengo una relación fluida con todas. De hecho, el IAJ tiene dos líneas de apoyo para entidades locales y otra para proyectos culturales, discapacidad e inserción laboral. Tenemos que dar un salto para dar fuerza al consejo provincial de la juventud, con su presidente hay una relación fluida, pero el tejido asociativo tiene que visualizarse más..

—Además del empleo, otra de las cuesiones que más preocupa a los jóvenes es la necesidad de emanciparse, ¿cómo se les apoya desde el IAJ en ese sentido?
—Actualmente tenemos dos cauces desarrollados a través de internet para que los jóvenes nos hagan sus consultas a este respecto. De un lado está la web propia del IAJ, Patio Joven, que este primer semestre del año ha tenido 600.000 usuarios únicos, y también tenemos la web radar emancipación, que es a donde nos trasladan cuestiones exclusivamente vinculadas a esta cuestión. La mayoría de esas consultas están relacionadas fundamentalmente con materia de empleabilidad y de vivienda, ya que el acceso a la vivienda de jóvenes es bastante complicado: sólo un 20% de jóvenes menores de 30 años se ha podido emancipar plenamente, con lo cual es una de las inquietudes en las que tenemos que seguir trabajando. El shock ha sido en materia de empleo y de vivienda, ya que es evidente que si no hay opciones laborales los jóvenes tampoco encontrarán la vía para acceder a una vivienda propia y emanciparse. A ello hay que añadir que los que sí encuentran empleo lo hacen por muy poco tiempo y en unas condiciones bastante precarias, por lo que tampoco pueden afrontar la emancipación a medio y largo plazo. Ahí, una de las claves se encuentra principalmente en fomentar mucho más la cultura del alquiler, y no lo digo sólo a nivel de Andalucía, sino de toda España, y tomando como referencia lo que ocurre en otros países de Europa. Tenemos por ejemplo a Alemania de referente y el 80% de las personas viven en casas de alquiler, pero más asequibles a los que nos encontramos en nuestro país. Creo que con unos alquileres más económicos habría más opciones para que los jóvenes pudieran empezar a emanciparse..

—¿Qué pueden esperar los jóvenes de la provincia de una presidenta de la Junta con la que tienen mayor afinidad generacional que con Griñán?
—El impulso que ha dado a la Junta ha sido claro, nítido y con mucha fuerza, y lo que pueden tener claro los jóvenes andaluces es que tienen en ella a una aliada, a una persona cercana, que conoce de primera mano la situación en que se encuentran los jóvenes andaluces en estos momentos, porque tiene esa perspectiva de cercanía con los jóvenes. A mí me consta, por los años desde que la conozco, su preocupación por la juventud.

—Hay otras cuestiones que fallan en materia de juventud, y lo estamos viendo en los datos sobre violencia machista. Cada vez se registran más casos entre adolescentes, ¿cómo están trabajando al respecto desde el IAJ?
—Los datos los ha aportado el Instituto Andaluz de la Mujer y la verdad es que son bastante preocupantes, y a mí es una de las cuestiones que más me preocupan en este momento, ya que estamos hablando de que casi un tercio de las situaciones de violencia son con menores de 30 años. Y ya no sólo la violencia física, sino que hay encuestas realizadas entre adolescentes que temas de celos, de posesión, lo ven como algo normal o lógico del amor, y hay que romper todas esas barreras, esas actitudes machistas y acabar con esos micromachismos diarios que asumimos con normalidad. Hace poco en uno de los cursos formativos que desarrollamos en diferentes ciudades hicimos uno sobre igualdad y salieron tres chicas de 18 años que no se daban cuenta de que eran víctimas de violencia machista y no lo comprendieron hasta que acudieron a ese curso, ya que lo que les pasaba lo veían como algo normal. Tenemos que romper toda esa desigualdad que existe y batallar en el día a día porque es una lucha constante. Hay experiencias muy enriquecedoras, pero tenemos que seguir trabajando porque los datos son muy preocupantes. La educación y la formación son fundamentales al respecto, formación de valores sobre todo, para que situaciones como las vividas este año, con la muerte de una joven en Jerez, no caigan en el olvido, ya que lo tenemos muy presente durante los días posteriores, pero después terminamos por olvidarnos de lo que sucedió.

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