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Casi 500 corredores en la FAN-PIN cívico-militar Miguel de Cervantes

Esta edición se ha celebrado con motivo del 400 aniversario de la muerte de Cervantes coincidiendo, además, con el 445 aniversario de la Batalla de Lepanto.

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Casi quinientos corredores han participado en la Edición cívico-militar de la Carrera FAN-PIN Miguel de Cervantes que, organizada por el Tercio de Armada, ha discurrido por la Población Militar de San Carlos cuando se cumple el cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra, eminente escritor español, pero también soldado de marina que combatió por mar y tierra embarcado en qaleras y galeones.

Dicha prueba forma parte de una serie de eventos con los que la Armada recuerda y rinde un merecido homenaje a la vida de este insigne escritor y militar, difundiendo su extensa trayectoria profesional en la carrera de las armas y muy especialmente, a bordo de los buques en la mar.

La prueba que este año lleva su nombre se organiza coincidiendo precisamente con la celebración del 445 aniversario de la victoria de la Batalla Naval de Lepanto, efeméride en la que se enmarca la acción más importante en la que combatió Cervantes como soldado de la mar, haciéndolo sobre la cubierta de la galera Marquesa y según palabras del propio Cervantes, siendo "la más alta ocasión que vieron los ojos".


Treinta años haciéndolo

Los infantes de marina de hoy se adiestran desde hace más de treinta años en el fango de la Bahía de Cádiz, donde se requiere por su gran dureza de valores, tanto individuales como colectivos o de grupo. Valores colectivos como el compañerismo, la cohesión y el espíritu de unidad, y valores individuales como el espíritu de sacrificio, el tesón y el afán de superación. 

Son estos los valores que han compartido con deportistas civiles venidos desde todos los puntos de Andalucía y de España y que han engrandecido la prueba con su participación en esta primera edición mixta.

El carácter de la prueba ha sido benéfico y los beneficios de la cuota de inscripción serán destinados a las obras que la Asociación Nuestra Señora del Carmen (Damas del Carmen) lleva a cabo en la Bahía de Cádiz.

En sus inicios, el FAN-PIN era una carrera que realizaban las unidades del Tercio de Armada para afrontar este tipo de terreno y niveles de fatiga insospechados, convirtiéndose, hoy por hoy, en una prueba con obstáculos de gran dureza y en la que la camaradería configura su verdadera razón.

Un día distinto en el TEAR

Pero no ha sido sólo la carrera lo que ha vuelto de revés el día a día del Tercio de Armada sino todo lo que la acompaña. En primer lugar ha servido como punto de encuentro, de convivencia, entre los hombres y mujeres que forman la Brigada de Infantería de Marina Tercio de Armada y sus familias.

Y en segundo lugar y quizá más importante, porque la carrera se ha abierto a la sociedad civil y ha sido un número considerable los atletas de clubes de la ciudad y otras ciudades españolas, además de unidades de otros Ejércitos, las que han hecho del TEAR un lugar común.

Tanto el general TEAR, Antonio Planells como el comandante general de la Infantería de Marina, Jesús Manuel Vicente, dejaron claro a los participantes civiles que desde el momento en que se apuntaron para disputar la prueba eran considerados infantes y parte de la familia de la Fuerza Anfibia española. No en vano la carrera comenzó con el lema de los infantes, “valientes por tierra y por mar”.

Lo importante es llegar
Es una obviedad de que los infantes tienen ventaja en este tipo de pruebas que forman parte de su entrenamiento y que realizan una vez por semana, pero tuvieron competencia a pesar de que ese no era el sentido de la carrera.

De hecho, los momentos más emotivos eran aquellos en los que el compañero -lo mejor es ir en pareja por si alguno necesita ayuda- esperaba al rezagado, le ayudaba a levantarse, lo animaba...

Una actitud que se notaba mucho más en los que competían por grupos representando a otras unidades de las Fuerzas Armadas.

Lo importante al final era llegar a la meta y recibir la medalla, aunque algunos precisaron ayuda porque la marea comenzaba a subir al mediodía y lo que era barro se podía convertir en algo más peligroso.

Pero como decía el spiker tranquilizando a los familiares que esperaban a los suyos cuando ya se habían cumplido las dos horas de carrera, “los sacaremos a todos y todos disfrutaremos de lo que queda de día”. Hasta a los políticos que también están acostumbrados al ‘fango’.

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