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San Fernando

“Pleitos tengas y los ganes”, le dijo San Fernando a Patricia Cavada

El PSOE lleva desde 2015 con el mismo folleto propagandístico y con casi nada por hacer, pero presentan un cambio para una ciudad que como está no funciona.

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  • No es una revista, son dos. -
  • Los socialistas gobernarán solos y con acuerdos puntuales con otros grupos
  • En el pasado mandato y con los mismos concejales el Gobierno lo aprobó casi todo

“Pleitos tengas y los ganes”, le dijo la mujer a su enemigo. Y se puede interpretar como maldición, pero no es el caso. Ganar unas elecciones es una noche de alegría inmensa, una semana en una nube para celebrar que el esfuerzo ha tenido recompensa y un aterrizaje a la fuerza porque la sentencia lleva penitencia incluida.    

Patricia Cavada ha ganado las elecciones - “Y no es que haya ganado, es ¡cómo las ha ganado!”- decía este periódico en la portada del domingo pasado tomando una frase de propia alcaldesa. Otra frase que también se presta a distintas interpretaciones, dejando a un lado la que está mejor no decir.    

Cavada ganó las elecciones porque es el único partido que presenta a la ciudad un modelo nuevo, con grandes proyectos que es verdad que están pendientes desde 2015 cuando lanzó una revista a todo color con una Isla moderna y próspera. Con el deseo, se entiende.    

¿Por qué la ciudadanía le perdonó que en estos cuatro años pasados apenas haya ejecutado o comenzado a ejecutar una mínima parte de lo que prometió en 2015? Como suele decirse, el pueblo de Dios es inmenso y habrá análisis para todos los gustos y de todos los colores. Sobre todo colores, que son como los gustos.    

Los demás partidos presentaron promesas de mejorar lo que hay, que es un modelo de ciudad que desde que se fueron los militares -y se fueron de forma escalonada, así que hubo tiempo para reaccionar- no se ha cambiado cuando ya no contaba con lo que lo sostenía.    

Los 7.500 millones de pesetas anuales que ingresaba el Estado para el mantenimiento de las Fuerzas Armadas y el personal civil a su servicio, cifras de finales del siglo pasado.    

Prometer que la ciudad estará limpia, que los baches de las calles se van a quitar con planes de asfaltado, que la urbanización será constante y que se cobrarán menos impuestos en la ciudad que menos fuentes de ingresos tiene... podría pensar la gente...    

Para eso no hacen falta políticos que cobren casi 4.000 euros netos al mes o de ahí para abajo. Para que la ciudad esté limpia basta con que un par de funcionarios vigilen a la empresa de limpieza y ante cualquier conflicto legal, que los servicios jurídicos municipales actúen hasta rescatar el servicio.    

O sea, los funcionarios trabajando e investidos de la autoridad que la Ley les otorga, guiados por el sentido común de que si una calle está para matarse tiene prioridad su arreglo sobre una por la que van a pasar los turistas y lo mismo no se cae ninguno. Suponiendo que venga alguno.    

Ya entrar en valoraciones de por qué ganó Cavada las elecciones -¡y de qué manera!- comparando candidatos que es lo normal en las ciudades y pueblos porque es lo que prima en unas elecciones municipales entra en el terreno de lo impertinente. Este periódico no va a entrar. Por supuesto.

Dos veces prometido

Pero “pleitos tengas y los ganes”. La revista de 2015 y la de 2019 -salvando que la primera era de papel cuché y la última de papel reciclado, todo un detalle- se parecen como dos gotas de agua en el contenido porque a nadie se le escapa que los proyectos, ante la falta de ejecución de los que presentó hace cuatro años, son los mismos, con incorporaciones nuevas y con matizaciones a los casi, casi “históricos”.    

Después de cuatro años poniendo los “ladrillos administrativos” como decía la alcaldesa en la única entrevista como primera autoridad municipal concedida a este periódico -que no la única solicitada- y que, reconociendo la mayor, ha sido y está siendo una tarea ardua, Patricia Cavada sabe o debe saber que no siempre se van a alinear los astros.    

La oposición habrá aprendido que simplemente con prometer que van a administrar la miseria no se ganan elecciones; que con hartarse de decir que no van a prometer lo que no pueden cumplir sólo están dejando patente su incapacidad para la política que es el arte de hacer posible lo imposible y por parte de los partidos, que hay que elegir otros candidatos. (Paramos que ahí ya se entra en el terreno de la impertinencia).

Modelo de ciudad

Las dos revistas que ha publicado el PSOE en estos cuatro años hablan de ese otro modelo de ciudad que merece la pena intentar, al menos intentar y por el que merece la pena hasta equivocarse. Porque equivocarse es más político que no hacer nada o dedicarse a cuidar del pueblo de Dios. Que es inmenso.    

Es cierto que los proyectos que se han presentado al calor de los fondos europeos, además de su lenta y farragosa tramitación, no son proyecto que se ejecuten como se está haciendo con el centro de educación de adultos en los antiguos Juzgados, uno de los que están en marcha y ya se le ve la cara.    

Necesitan tiempo. Incluso con los papeles arreglados, varios años de muchas obras, previos proyectos faseados, licitaciones, concesiones y comienzo de obras. Y los imponderables. ¡Ay, los imponderables!    

Y que el “muerto” del Parque de la Historia y el Mar, si de verdad se convierte en un centro de excelencia de Navantia -con permiso de Costas, los fondos europeos con carácter finalista y todo eso que ha impedido darle una salida al problema- va a ser difícil por mucha ministra que se presentara durante la campaña electoral.      

Pero - “pleitos tengas y los ganes”- cuatro años de prórroga constan en la sentencia y en esos cuatro años lleva la penitencia. La pena, no; esa la llevan otros.    

Los socialistas, esta vez sí, pueden permitirse el lujo de gobernar solos con sus once concejales -han estado cuatro años aliados con los andalucistas con el mismo número de ediles y consiguiendo apoyos puntuales- y sacar adelante los proyectos que sean buenos para la ciudad. Y a buen seguro que gobernarán solos salvo que otros pactos de otros lugares por carambola o lo que sea alteren en producto.     

En el Pleno de Investidura, ninguna sorpresa. De cualquier forma gana la candidata con más votos. 

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