Sevilla ha inaugurado este lunes la ampliación del Museo del Santo Ángel de la comunidad de Carmelitas Descalzos del Convento del Santo Ángel en pleno corazón de la capital. Un espacio que ha pasado de tener cuatro habitaciones en 254 metros a siete salas con 515 metros cuadrados y a albergar 115 piezas más de las que ya tenía, algunas donadas por particulares anónimos.
Una inauguración acompañada de una bendición de la mano del arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, el delegado del Economía, Comercio y Turismo, Francisco Páez, y el padre prior del Convento del Santo Ángel, Fran Juan Dobado, quienes han hecho una visita por todo este espacio expositivo.
El alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, ha puesto esta ampliación como "un ejemplo más" del impulso a la puesta en valor del patrimonio religioso en la ciudad y ha ofrecido "toda la colaboración municipal" para la promoción turística de este nuevo espacio. A su vez, Monseñor Saiz Meneses ha bromeado añadiendo que "Sevilla está que se sale" refiriéndose a las disferentes reformas que está viviendo el patrimonio de la capital. Así, ha recordado la reciente inauguración de la restauración de la Iglesia de Santa Clara, y, por su parte Muñoz, ha recordado proyectos que están en marcha con cooperación municipal como la Capilla de San José o Madre de Dios o la rehabilitación de la Anunciación por parte de la Universidad de Sevilla.
"Tenemos otra buena noticia para el patrimonio religioso. La ampliación del Museo del Santo Ángel por parte de los Carmelitas permite que en pleno corazón de la ciudad tengamos uno de los espacios con obras religiosas de mayor valor de la ciudad", ha apuntado Muñoz, quien ha felicitado a la comunidad y, especialmente, al prior del Santo Ángel por su iniciativa.
Un museo con siete años de vida
El Museo del Santo Ángel comenzó su andadura en 2016 con cuatro salas para pasar ahora a siete salas de "gran capacidad expositiva". Destaca la nueva sala pinacoteca, un espacio de grandes dimensiones donde disfrutar de la colección de pintura. El diseño arquitectónico de las nuevas salas se debe al arquitecto Sergio Cornejo Ortiz. De los 254 metros cuadrados iniciales con los que contaba el Museo, se pasa ahora a 515 metros cuadrados.
Al patrimonio ya existente conformado por pinturas de Rubens, Morales, Mattia Preti, Ignacio de Ríes y Cornelis Schut, imágenes escultóricas de talleres montañesinos, de Roldán, Ocampo, La Roldana, Salzillo, Duque Lucas Jordán, Daniel Seghers y otras obras de escuelas flamenca, francesa, española e italiana, así como imágenes, mobiliario y artes decorativas, se suman ahora más de cien piezas, procedentes de diferentes donaciones particulares, donde se incorpora la temática profana como paisajes o bodegones, entre otros.
Se trata de nuevas obras que se atribuyen a pintores como el italiano Carlo Dolci, el francés Claude Joseph Vernet o el holandés Melchior D'Hondecoeter. Entre las imágenes escultóricas destacan algunas obras de la escuela granadina o malagueña, atribuidas a José Risueño, Diego de Mora o el antequerano Antonio del Castillo.
La comunidad comenzó en 2005 una labor conservadora de su valioso patrimonio. Para ello inició en el templo del Santo Ángel la restauración de las imágenes de Martínez Montañés, Roldán, Duque Cornejo o las pinturas del taller de Zurbarán o Juan del Castillo, también la capilla de Aníbal González o las pinturas murales de Gonzalo Bilbao. La comunidad emprendió esta tarea de ir restaurando, poco a poco, todas las imágenes y pinturas, incluido el portentoso Crucificado de Martínez Montañés.
Posteriormente, nació la posibilidad de abrir al público su biblioteca y sus colecciones de arte, arrancando en 2015 las obras de adecuación de los espacios expositivos que fueron inaugurados en 2016. Lo que comenzó como un museo conventual que se incorporaba a la red de espacios culturales de la ciudad, se convirtió "poco a poco" en un centro museístico para el patrimonio hispalense.