El alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, ha anunciado esta mañana el nuevo contrato de zonas verdes que entraría en vigor a principios de 2024, cuando caduque el contrato vigente. El plan, que es plurianual, cuenta con una inversión de 150 millones de euros, 30 millones cada año. El importe de la inversión dobla al del contrato de parques y jardines vigente. La inversión va a ir acompañada del aumento en un 14% del personal de parques y jardines. “De 338 personas en plantilla se va a pasar a 368 profesionales”, remarcó el alcalde.
“Hemos culminado los trabajos técnicos para iniciar la tramitación del nuevo modelo de gestión del que tiene como base el plan director aprobado recientemente y, en este contexto, hemos preparado para su licitación en este primer semestre y que pueda arrancar a principios de 2024 el mayor contrato público que ha hecho el Ayuntamiento”, señaló Muñoz.
Entre las novedades del contrato se encuentra la instalación de videovigilancia en los principales parques de la ciudad, la gestión de todos los espacios públicos de barriadas que han iniciado sus trámites para su recepción y que ahora pasarán a ser gestionadas por el Ayuntamiento, la incorporación de un plan anual de plantaciones de árboles superior al actual, un tratamiento específico para los árboles singulares inventariados, el mantenimiento y conservación de los huertos urbanos y la plantación de todos los alcorques de la ciudad.
En el acto también se ha presentado el informe de parques y jardines realizado por el catedrático de la Universidad de Sevilla,Enrique Figueroa. Es el primer estudio a nivel nacional de los valores ambientales de los parques y zonas verdes de la ciudad, una reivindicación de su impacto sobre la vida ciudadana y la importancia de cuidarlos. El estudio se ha realizado en siete parques de la ciudad: Amate, Infanta Elena, Los Príncipes, Mª Luisa, Miraflores, Tamarguillo y Torreblanca.
Los resultados ponen de manifiesto “la importancia de los parques y jardines para proporcionar calidad ambiental a los espacios urbanos, siendo muy superior en el interior de estos espacios en comparación con puntos control próximos a los parques”, espetó Figueroa. La reducción de la concentración de los contaminantes estudiados conlleva una mejora de la salud física y mental de las personas que los frecuentan.
