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Sevilla

La caseta Los duendes de Sevilla, una familia de 20 socios desde 1945

El 10 de noviembre de 1945 el sevillano José Muriel fundó la peña ‘Los duendes de Sevilla’. Ahora son sus herederos los que gestionan la caseta

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‘Los duendes de Sevilla’, la caseta más antigua.

‘Los duendes de Sevilla’, la caseta más antigua.

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‘Los duendes de Sevilla’, la caseta más antigua.

El 10 de noviembre de 1945 el sevillano José Muriel fundó la peña ‘Los duendes de Sevilla’, cuyo principal fin era gestionar una caseta en la Feria de Abril de Sevilla, y hoy, 79 años después, sus “herederos” pueden presumir de sacar adelante cada año la caseta más antigua del recinto ferial.

Es la caseta privada que más longevidad de forma continuada ha demostrado, renovando su presencia puntualmente cuando llega el mes de diciembre, y solo ha faltado a la cita, como el resto de sus compañeras, por la suspensión de las citas en 2020 y 2021 debido a la pandemia.

El alma de la caseta son sus 20 socios, que durante todo el año funcionan como un consejo de administración de una empresa, y siete de ellos forman su junta directiva, que preside desde diciembre de 2020 José Recacha, un ingeniero que heredó de su padre su puesto en la caseta, que entre los socios se guarda como una religión, pero José puntualiza a EFE rápidamente que en la caseta “está prohibido hablar de fútbol, religión y política”.

Un soltero empedernido amante de la fiesta

El fundador de la peña, José Muriel, era un “soltero empedernido al que le encantaba beber y la fiesta”, que no tuvo hijos, de modo que, curiosamente, aunque fundó la peña no pudo llevar a cabo una de las condiciones más implantadas entre los socios, como es que se herede el puesto en la lista de 20. “José se casó poco antes de morir”, recuerda el actual presidente, que sí comenta que, de una forma u otra, todos los socios actuales son descendientes de los compañeros de Muriel hace casi 80 años.

Con una estructura que funciona durante todo el año con distintas actividades (culinarias, lúdicas o culturales), ‘Los duendes de Sevilla’ cuenta entre sus socios con profesionales de la ingeniería, la farmacia o la mecánica, “y somos hasta pioneros en la paridad, porque casi hay a mitad de socios que de socias”, y ahora, dice, están esperando a “los futuros socios de quinta generación, porque hay alguna embarazada que pronto dará a luz”.

El futuro parto hará que se lleve a cabo una de las tradiciones de la caseta, que consiste en el “bautizo” de todos los bebés que descienden de sus socios, “que hacemos con manzanilla, pero muy poquita, que es algo simbólico”, y hasta José Recacha fue bautizado en la Feria de 2022, cuando se estrenó en el cargo, “pero eso sí fue con mucha manzanilla, un cubo de agua y hasta hielo”.

Una mesa fija para toda la vida

‘Los duendes de Sevilla’, que toma su nombre de la obra de los Álvarez Quintero, tiene muchas particularidades, y entre ellas destaca que en sus dos módulos de la calle Juan Belmonte cada socio tiene su mesa y sus cuatro sillas asignadas para toda la vida, lo que se sabe mediante un plano de distribución que se aplica año a año: “Si llega un socio y su mesa está ocupada, automáticamente quien está sentado sabe que le tiene que dar el sitio”, explica.

Otra curiosidad es que tiene su propia botella personalizada de manzanilla, que Barbadillo elabora con Solear con una etiqueta propia desde hace 59 años.

Pero también llama la atención que los socios se ven al menos una vez al mes durante todo el año, y gestionan un presupuesto que ronda los 45.000 euros anuales para que la caseta siga teniendo vida,

Ese dinero se divide, por ejemplo, en los 1.000 euros que el montador cobra por custodiar los materiales durante todo el año, los 16.000 que cuesta montar la caseta, los 2.000 de la licencia o los 25.000 aproximadamente que se gastan en comida y bebida. “Al final no es tan caro tener una caseta”, entiende Recacha, que recuerda que por algo más de 2.000 euros por persona al año se mantiene una tradición de casi ocho décadas.

El presidente de ‘Los duendes de Sevilla’ tiene una alarma activada en su teléfono para los próximos 50 o 60 años, que suena siempre el 1 de diciembre. Es la que le avisa de que tiene que renovar la licencia de la caseta. Si no lo hacen, la perderían, como le ha pasado este año al PSOE de Sevilla. “La tengo yo pero creo que la tienen todos los socios. El 1 de diciembre a todos nos suena la alarma y corremos a renovar la caseta”, explica.

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