La Catedral de Sevilla y la Consejería de Cultura de la Junta han presentado hoy la restauración del Niño Jesús de la Capilla del Sagrario, obra del imaginero Juan Martínez Montañés de 1606 que a partir de ahora podrá volver a salir sin peligro en la procesión del Corpus.
María Teresa Real, técnica del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), ha explicado que la imagen estaba muy deteriorada debido a la exposición al público y sus salidas procesionales, no sólo en el Corpus sino con ocasión de procesos de canonización, pero gracias al trabajo de restauración, que se ha prolongado ocho meses, el Niño Jesús puede volver a salir sin peligro porque su madera ha quedado muy estable.
La imagen tenía varias capas de policromía y la que se ha dejado no es la primera, que además no fue hecha por Martínez Montañés, ha precisado la experta.
El Niño Jesús preside la Capilla del Sagrario y según el dean-presidente de la Catedral, Francisco Ortiz Gómez, se trata de una "belleza por la que no pasan los años y que llama constantemente a la devoción".
Elia Maldonado, directora general de Bienes Culturales de la Junta, ha afirmado que la imagen es "una de las mejores esculturas del Niño Jesús tras el Concilio de Trento, de gran relevancia para la imaginería barroca sevillana" y que gracias al tratamiento de restauración y curativo "ha recuperado todo su cromatismo".
La imagen fue realizada por Martínez Montañés en 1606 y unos años después, en 1622, un miembro de la Archicofradía Sacramental del Sagrario llamado Pablo Legot le cambió los brazos o las manos por razones que son una incógnita, pese al estudio histórico que ha hecho el IAPH de forma paralela a la restauración.
Ignacio Sánchez-Blanco, presidente de la Archicofradía del Sagrario, ha expresado su satisfacción porque Sevilla ha recuperado "una imagen necesaria para entender la historia del Arte" y ha asegurado que este Niño Jesús es "una llamada a la vida cristiana plena".
Los responsables de la restauración no han querido precisar el coste total que han supuesto los trabajos, que según la Archicofradía ha sido posible de sufragar con ayuda de la Maestranza de Caballería y de las aportaciones de sus miembros, incluido el euro mensual que pidió que le añadieran a sus cuotas un joven hermano de cinco años.