La dirección gerencial y médica del Hospital San Juan de Dios del Aljarafe de Sevilla, donde los profesionales habían iniciado protestas por la situación de los nueve médicos internos residentes --cuatro de Medicina Interna y cinco de Cirugía Ortopédica y Traumatología-- cuyo programa formativo podía quedar suspendido en enero de 2015 por la incapacidad del centro de afrontar el pago de sus nóminas, ha dado cuenta de un acuerdo por el cual dicho programa quedaría, en principio, "garantizado" para el próximo año 2015.
Fuentes del colectivo de afectados han indicado a Europa Press que, a falta de que dicho acuerdo quede refrendado de manera oficial, el Plan de Formación de Residentes en el centro médico no se vería así suspendido, después de que a finales de la pasada semana la Junta de Andalucía, en una nueva reunión para tratar de desbloquear el asunto, planteara una fórmula --no especificada-- para posibilitar este extremo.
Así, sin perjuicio de que las negociaciones puedan continuar, sí quedaría garantizada la prórroga por un año de la actual situación, en un anuncio que los profesionales del hospital dan por bueno pese a no tener aún ningún documento que lo avale.
Estos trabajadores han llegado a plantear la problemática al Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu. También han puesto al tanto de este tema a la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología, así como a la andaluza, a la Sociedad Española de Medicina Interna y a la Comisión Nacional de Especialidades.
Recientemente, el secretario de Acción Sindical del Sindicato Provincial de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Sevilla, Luis González, informaba de que la dirección entendía que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) debía asumir la asignación para la formación, que asciende a unos 400.000 euros al año, "un dinero que la Junta no les está dando".
Asimismo, el sindicalista advertía de una posible convocatoria de huelga por parte del conjunto de facultativos del hospital, ya que "esto repercutiría en el trabajo de todos". Además, "para cualquiera de nosotros, pese a no estar remunerado, participar en un programa de formación es un elemento de prestigio; si lo perdemos perderíamos categoría profesional", concluyó.