La Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla celebra un seminario sobre medicina legal y forense coincidiendo con el 40 aniversario del quíntuple crimen de "Los Galindos" en el que se abordarán las circunstancias forenses, policiales y de jurisprudencia que no permitieron que se resolviera.
El crimen de "Los Galindos", uno de los más famosos y sangrientos de la España del siglo XX, ocurrió en una calurosa tarde del 22 de julio de 1975 en un cortijo de la localidad de Paradas, distante 50 kilómetros de Sevilla, donde cinco personas fueron asesinadas con tres armas distintas.
Cuarenta años después, y a pesar de que el delito prescribió en 1995, aún no se ha aclarado nada sobre el móvil ni sobre sus autores.
El seminario, previsto el 10 de octubre, se titula "Controversias en medicina legal y forense: 40 años del crimen de Los Galindos", y en la jornada se incluye la proyección de la película "Los invitados", dirigida por Víctor Barrera y centrada en el episodio ocurrido en el cortijo sevillano.
Tras la película, se abrirá un debate sobre el papel de los forenses en las investigaciones policiales en la actualidad, los motivos por los que el caso no se resolvió y si es tan atractiva la medicina forense como la plantean las series de televisión.
También se abordarán "las repercusiones tiene hoy día sobre el prestigio de la investigación policial, forense y la jurisprudencia el caso de Los Galindos", y se analizará si "los malos casi siempre tienen castigo", como ocurre en el cine.
En el seminario están anunciados como ponentes Víctor Manuel Barrera Rodríguez, licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla y diplomado en Cinematografía por la Universidad "Andrés Bello" de Caracas.
Además, están invitados como ponentes Alfonso Galnares Ysern, médico forense y especialista en Medicina Interna y Medicina del Trabajo; Joaquín Lucena Romero, jefe del Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal de Sevilla; y Alfredo Flores Pérez, ex fiscal jefe de la Audiencia de Sevilla y abogado en ejercicio.
En este quíntuple crimen, las víctimas fueron el capataz del cortijo, Manuel Zapata, y su esposa Juana Martín; el tractorista José González y su esposa Asunción Peralta; y el también tractorista Ramón Parrilla, todos ellos de edades comprendidas entre 30 y 60 años.
El capataz y su esposa fueron asesinados a golpes con una pieza de acero, Ramón Parrilla de disparos de escopeta, y el otro tractorista y su esposa fueron golpeados y quemados sobre un montón de paja en un cobertizo.
El día 22 de julio de 1975 fueron hallados todos los cadáveres excepto el del capataz, lo que llevó a centrar todas las sospechas sobre él hasta que tres días después su cuerpo fue encontrado en la parte trasera del cortijo, oculto bajo unas pajas, y la autopsia determinó que posiblemente fue el primero en morir.