El jurado popular considera a los tres acusados del crimen de una anciana, a la que cuidó una de ellos, culpable de su muerte pero sin dolo, al asfixiarla con amoniaco para entrar a robarle, lo que supone un homicidio imprudente, por lo que el fiscal ha rebajado de 22,6 a 6,6 años la pena solicitada.
El jurado ha leído esta tarde el objeto del veredicto, en el que consideran a los tres acusados -Basilio D. L, José S. M. y Jacqueline A.- culpables de la muerte de la anciana en noviembre de 2016 y de entrar en su casa de La Rinconada (Sevilla) para robarle una caja de caudales, si bien consideran que cuando le pusieron un trapo en la boca con amoniaco -sustancia que le causó abrasiones y la asfixia- no tenían intención de matarla, por lo que no ven dolo directo ni eventual en su conducta.
Ante este veredicto, tanto la Fiscalía -que inicialmente pedía 22 años y medio de cárcel para los tres por asesinato y robo en casa habitada en grado de tentativa- como la acusación particular que ejerce el sobrino de la víctima -que reclamaba 25 años de prisión- han rebajado su solicitud a la pena máxima de 4 años exigible por homicidio imprudente y dos años y medio por el robo.
Por su parte, las defensas de los acusados han solicitado la pena mínima de un año por homicidio imprudente y desisten de pedir nada por el robo en grado de tentativa al ver que las acusaciones han eliminado éste pasando a calificar los hechos, siguiendo lo que considera probado el jurado, como un robo perpetrado, pese a que no se llevaron la caja de caudales.
En el caso de la defensa de la excuidadora de la víctima y su pareja ha solicitado subsidiariamente la pena mínima de 6 meses y un día por este delito.
José S. M. y Jacqueline A. fueron arrestados un año después del crimen y se encuentran en prisión preventiva desde entonces por estos hechos y las acusaciones han solicitado que permanezcan en la cárcel mientras se dicta sentencia y los posibles recursos que se planteen, mientras que su defensa ha pedido que sean excarcelados ya que de imponérseles la pena mínima la habrían cumplido.
Basilio D. L. -cuyo ADN hallado en el timbre de la puerta y una cinta adhesiva alrededor del cuello de la anciana sin apretar llevaron a la Policía hasta los tres enjuiciados- ya estaba en la cárcel anteriormente por violencia de género contra su expareja, que ha testificado en este juicio que le relató que intentó robar en casa de una anciana y salió mal.
La Fiscalía y las acusaciones también han solicitado que siga en prisión mientras que su defensa lo ha rechazado.
El veredicto del jurado ha sido por unanimidad respecto a los hechos que consideran probado en la actuación de los dos hombres acusados y por mayoría de 8 votos (de los 9 miembros) en lo relativo a la mujer, cuya participación consideran clave para que la víctima, "desconfiada y que no abriera la puerta a nadie" les abriera y para dar la información sobre la existencia de una caja de caudales por haber sido cuidadora de la mujer, nonagenaria y que vivía sola.