Las
universidades defienden que su modelo es, y debe seguir siendo, presencial, pero la pandemia del coronavirus, hasta que no exista una vacuna, obliga a diseñar diversos escenarios de vuelta a las aulas a partir de septiembre. La
organización de la prueba de acceso a la Universidad, la conocida por
Selectividad, ha marcado pautas de cara a ese comienzo de curso 2020/2021. Con
más aulas que nunca para garantizar las medidas de seguridad (hasta
400 en el caso de la Universidad de Sevilla para asegurar aforo y distancia entre alumnos), con más profesores, con limpieza constante y con las mascarillas y geles como nuevo material escolar en las mochilas, las universidades son conscientes de que la vuelta a las clases en septiembre puede parecerse mucho a lo organizado desde hoy y hasta el jueves 9 de julio en las
aulas universitarias, donde
se han hecho por primera vez desde la declaración de estado de alarma exámenes presenciales.
Este esfuerzo de organización ha tenido un
sobrecoste “elevado” en las universidades, como así lo ha reconocido la
vicerrectora de Estudiantes de Sevilla.
Pastora Revuelta ha recordado que la Universidad hispalense
está “preparada” para comenzar el curso sea cual sea el escenario
una vez que el Consejo de Gobierno aprobó hace ya semanas el plan con los criterios académicos que marcarán el arranque de las clases y que se resume en
tres escenarios posibles:
presencialidad total, sistema semipresencial y completamente telemático. “
El que queremos y deseamos es la presencialidad”, ha apostillado la vicerrectora, para la que la
Selectividad servirá para “sacar conclusiones”.