La Junta de Gobierno Local ha aprobado en su reunión de este viernes los pliegos de contratación de un servicio especializado para restaurar la Cruz de la Inquisición ubicada en la Plaza de Francisco, en el ángulo formado entre el arquillo y la Sala Capitular Baja del Ayuntamiento de Sevilla, que después de sufrir un acto vandálico en septiembre de 2019 quedó gravemente dañada.
Por iniciativa del Patronato del Real Alcázar y la Casa Consistorial en coordinación con la Delegación de Gobernación y Fiestas Mayores, además de reintegrar las piezas desgajadas, que se encuentran bajo custodia, se aprovechará para acometer una intervención íntegra sobre este elemento patrimonial de principios del siglo XX, con el objetivo de resolver otros problemas de conservación que son atribuibles al paso del tiempo y al impacto de las lluvias y el viento. “Por tanto, con un presupuesto total de 16.169 euros, este proyecto, autorizado previamente por la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Sevilla, pretende devolver la estabilidad y los valores estéticos originales perdidos a este crucero abalaustrado y de estilo plateresco, en una iniciativa más amplia que la propia reposición de piezas”, ha explicado el delegado de Gobernación y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, quien ha destacado el compromiso municipal con la conservación de la riqueza patrimonial de la ciudad.
El acto vandálico provocó el desprendimiento y la fractura de la totalidad del patíbulum en múltiples fragmentos, algunos incluso de menos de 10 centímetros. En cuanto al material de esta cruz, un combinado de piedra arenisca y artificial, revela patologías relacionadas con agentes biológicos y ambientales que la han deteriorado.
El proyecto contempla con anterioridad a la intervención directa sobre la obra la realización de estudios analíticos, geológicos y microbiológicos. Los trabajos posteriores consistirán en aplicar un tratamiento biocida, desinfectar y eliminar microorganismos, limpiar y retirar de la superficie los depósitos de polvo, suciedad y hongos, eliminar restos de adhesivos de intervenciones anteriores, tratar la corrosión del hierro, reconstruir la escultura, consolidar los soportes pétreos, reintegrar las piezas perdidas con materiales similares a los originales y, por último, aplicar una capa de protección final realizada con hidrofugante sillico orgánico y un tratamiento antigraffiti.
En ninguno de estos trabajos se podrán introducir variables que puedan trastocar el mensaje artístico y estético que se pretendió transmitir en el momento de la concepción de la obra, según establecen los pliegos del contrato.
La Cruz de la Inquisición
La Casa Consistorial del Ayuntamiento de Sevilla fue declarada Monumento Histórico en 1931 y catalogada como BIC en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz en la tipología de Monumento. Con anterioridad, se había colocado en el mismo lugar otra Cruz de la Inquisición, datada a finales del siglo XVIII, de líneas rectas y carentes de ornamentación, como conmemoración del último caso de muerte en la hoguera (año 1781). Por tanto, era muy distinta a la actual.
Algunos autores apuntan a que el arquitecto encargado de la reforma de la fachada, hacia la segunda mitad del siglo XIX, Demetrio de los Ríos, basándose en la idea de que su estética dieciochesca desentonaba con el estilo plateresco del edificio, propuso su sustitución. Lo sería finalmente en 1903, guardando un enorme parecido con la cruz que actualmente se encuentra en una hornacina en el apeadero de la Casa Guardiola.
La cruz del Ayuntamiento de Sevilla se eleva sobre una columna de fuste estriado y ornamentado con guirnaldas vegetales, mientras que la de la Casa Guardiola apoya sobre un capitel. En el proceso de conservación y restauración de la Cruz de la Inquisición, la empresa adjudicataria deberá realizar un estudio histórico en profundidad que, entre otras cuestiones, pueda aportar datos sobre la relación existente entre ambas piezas.