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Jueves 18/04/2024  

Sin Diazepam

Una orgía, 26 millones de fusilados y mis facturas sin pagar

Escribo estas letras sumido en el miedo. Desde que leí las conversaciones de ‘WhatsApp’ de un grupo de militares ya retirados, me he vuelto paranoico

Publicado: 04/12/2020 ·
09:51
· Actualizado: 07/12/2020 · 09:00
  • "Le miro, me insinúo y le digo, voy a ponerme algo más cómodo..." -
Autor

Younes Nachett

Younes Nachett es pobre de nacimiento y casi seguro también pobre a la hora de morir. Sin nacionalidad fija y sin firma oficial

Sin Diazepam

Adicto hasta al azafrán, palabrería sin anestesia, supero el 'mono' sin un mísero diazepam, aunque sueño con ansiolíticos

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  • Es un señor con barba. Dice que es un eurodiputado y que se llama József Szájer. Pertenece al partido ultraconservador Fidesz...
  • Uno ama las orgías. El otro ama a Franco y a Abascal… noto como un idilio se forma en el salón de mi casa como una nube  en el cielo… se dan la mano

Escribo estas letras sumido en el miedo. Desde que leí las conversaciones que mantuvo en ‘WhatsApp’ un grupo de militares ya retirados, me he vuelto paranoico. Por si alguien aún no lo sabe, en ese grupito de vejestorios uniformados, se alaba al franquismo, cosa que no me sorprende, pero además se invitaba a dar un golpe de estado porque, como señala el antiguo general de división del Ejército del Aire, Francisco Beca Casanova, “las palabras ya no sirven para cambiar nada”, de ahí que no duda en afirmar que  “creo que me quedo corto fusilando a 26 millones de hijos de puta”. Y sé que soy uno de esos ‘hijos de puta’ a los que habría que meter una bala entre pecho y espalda. Por eso… esperen un momento, oigo un camión acercase por la calle… ha frenado justo en frente de la puerta de mi casa… hay un ruido metálico, más bien un estruendo… joder, vienen a por mí… creo que son soldados con sus cetmes cargaditos de balas… ¡no!, acaban de golpear la puerta…. Os dejo, os quiero, viva la república, o el rey, o quien sea…

Por eso… esperen, un momento, oigo un camión acercase por la calle… ha frenado justo en frente de la puerta de mi casa… hay un ruido metálico, más bien un estruendo… joder, vienen a por mí… creo que son soldados con sus cetmes cargaditos de balas… ¡no!, acaban de golpear la puerta…. Os dejo, os quie

…Falsa alarma. Era el del butano. Sigamos. Tengo miedo. Vivo aterrorizado. Ha sido una semana muy dura. No me puedo creer que existan generales viejunos que amen a Franco y tengan orgasmos pensando en una gran matanza de rojos y maricones como en aquellos buenos tiempos del 36. Y no me puedo creer que sean los mismos exmilitares que escribieron una carta al rey Felipe criticando las políticas del actual gobierno izquierdista, bolivariano, venezolano, comunista, feminazi y proetarra y muchas más cosas asquerosas. Y no me puedo creer que Vox sea el único partido que no haya condenado tales manifestaciones. Y no me puedo creer que en ese chat se comparta también audios de Santiago Abascal el Salvador de la Patria. Y no me puedo creer que me guste tanto la palabra Patria. Y no me puedo creer lo que amo la bandera de España y si es marinada con salsa de águila mejor. Pero un momento, llaman de nuevo a la puerta… ya están aquí… no es broma… ya no es un camión, vienen en sus andadores ortopédicos y tienen la entrepierna escocida por la fricción de los pañales de adultos repletos de orín contra los pellejos que cubren sus muslos… llaman a mi puerta… abro…

…Y de nuevo me libro. Es un señor con barba. Dice que es un eurodiputado y que se llama József Szájer. Pertenece al partido ultraconservador Fidesz, que es como Vox pero en Hungría. Busco en google y confirmo su identidad. Leo que odia a los homosexuales aunque el otro día, en Bruselas, fue detenido por la policía tras saltarse el confinamiento, no mantener la distancia, no usar mascarilla y participar en una orgía con otros veinte hombres. Además le encontraron droga. Comprendo entonces que es buena gente y le dejo pasar. Me cuenta que trató de huir del piso por una tubería de desagüe. Me imagino la escena y me descojono. Me cuenta que le dejaron en paz porque tenía inmunidad diplomática, le digo que genial, que eso mola casi tanto como el sueldo, unos ocho mil pavos al mes. Le invito a sentarse. Me dice, riéndose, que no puede… es lo que tiene las orgías con 20 maromos. Le pregunto qué hace en Barbate. Me dice que le avergüenza volver a casa y que ha dimitido porque ya nadie creerá su discurso de odio. Pamplinas, le contesto. La peña se cree todo, incluso que la tierra es plana. Plano tengo el culo, me insiste. Pienso en su sueldo. Pienso en las facturas que aún no he pagado. Pienso en el dinero que debo. Le miro, me insinúo y le digo, voy a ponerme algo más cómodo… pero llaman de nuevo a la puerta… abro…

… y aparece el exgeneral. Se une a la conversación. Uno ama las orgías. El otro ama a Franco y a Abascal… noto como un idilio se forma en el salón de mi casa cual nube  en el cielo… se dan la mano, se tocan, se besan, el húngaro le desconecta el prolongador del catéter al sistema de bolsas de diálisis, de fondo suena Céline Dion y me percato de tres cosas: ya no tengo miedo a que me fusilen. Ya no habrá golpe de Estado. Y lo que es peor, nadie pagará mis facturas, ni mis deudas.

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