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Niños aislados por su autismo y acosados por sus compañeros

Y para prevenir esta situación es necesario reconocer que esto está ocurriendo y trabajar en su prevención, enseñando desde edades muy tempranas

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  • Educación. -

A la dificultad para entender el mundo y relacionarse con los demás que tienen los niños con autismo se les une, en uno de cada dos casos, el acoso escolar al que los someten sus compañeros de clase por el mero hecho de ser diferentes.

Y para prevenir esta situación es necesario reconocer que esto está ocurriendo y trabajar en su prevención, enseñando desde edades muy tempranas, el valor de la diferencia y el respeto a los demás, según han puesto de manifiesto a Efe varios expertos, que la pasada semana se han reunido en la I Conferencia Estatal "Acoso escolar y Trastorno del Espectro del Autismo (TEA)".



Exponen que a las limitadas habilidades sociales y comunicativas de los niños con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) que los aislan, se les une su mayor vulnerabilidad a ser víctimas de acoso escolar por las propias dificultades del trastorno.

Una realidad que afecta a casi la mitad de los niños y niñas con autismo: el 46,3 % frente al 10,6 % de los alumnos sin este trastorno o sin discapacidad, según han puesto de manifiesto.

El desconocimiento de la situación actual de este colectivo en España es una de las demandas fundamentales de la Confederación Autismo España porque, según ha dicho a Efe, su directora técnica, Ruth Vidriales, "no se sabe cuánta gente con TEA vive aquí".

No obstante, ha remarcado que los estudios indican que hay un caso de TEA por cada 100 nacimientos, con lo que en España habría más de 450.000 personas con este trastorno.

"Esa es la situación que describe la investigación y que te cuentan las personas con autismo. Raro es que no hables con alguna persona con el trastorno y que no te diga que no ha sufrido 'bullyng' en algún momento", comenta Vidriales a Efe.

El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que aparece antes de los 3 años y que afecta a las áreas de comunicación social y a la flexibilidad de la conducta y el pensamiento, presentando patrones de conducta restringidos y repetitivos.

Son personas que pueden comportarse de forma diferente, que al igual que al resto les gusta estar con sus amigos, aunque lo sientan y vivan de forma diferente. Sin embargo, estos niños y niñas son percibidos como diferentes por sus compañeros.

"Eso los convierte en objeto de burlas y acoso", advierte a Efe Juana Hernández, directora del Equipo Específico de Alteraciones Graves del Desarrollo de la Comunidad de Madrid y autora de la guía de actuación para profesorado y familias "Acoso escolar y Trastorno del Espectro del Autismo".

Un manual que se ha presentado esta semana para facilitar a los educadores y a las familias estrategias para ayudarles a identificar y detectar situaciones de acoso y ponerles freno, así como para ayudar a la víctima.

"Lo importante es tener muy presente que esto puede ocurrir en los centros educativos porque si lo tenemos presente, vamos a actuar (...). Los estudios confirman que los alumnos con TEA realmente son objeto de acoso: está pasando y ha pasado mucho pero se minimiza, se niega, se ignora y no se le da visibilidad", critica la psicóloga.

Para Hernández, la mejor intervención es la prevención y para ello considera esencial educar en la diferencia.

"Prevenir, prevenir, prevenir. Y prevenir es trabajar en la convivencia para lograr aulas con un mejor clima social, donde se trabaje en valores, en el respeto al diferente y no sólo en estudiar más y sacar buenas notas", remarca.

Cita también la necesidad de ofrecer una "respuesta activa" para prevenir el acoso, lo que implica ser muy vigilantes: "Si sabemos que se produce en el patio porque es un entorno muy duro en el que se favorece mucho la exclusión, hagamos programas para que sea un entorno más seguro y que los chicos estén más protegidos".

En este sentido, Hernández ha lamentado que en los colegios no existan protocolos específicos para estas situaciones de abuso de poder con alumnos autistas, ya que el "protocolo común que se usa realmente es insuficiente".

Y en ello incide la guía. En aportar una serie de concreciones y especificaciones para que esas normas genéricas den una cobertura más amplia y prevengan el acoso en chicos con autismo.

Afrontar el conflicto entre iguales constructivamente, abordar el acoso escolar en clase, hablarlo con la persona autista y un trabajo continuo entre familias y escuela son los mejores factores de protección y ejemplaridad para el alumnado.

"Cuando los jóvenes entienden las diferencias de un alumno con TEA, es menos probable que lo conviertan en un blanco de acoso por el mero hecho de ser diferente, y más probable que acepten sus peculiaridades", concluye. 

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