Buen clima, buenas comunicaciones de transporte, oferta de ocio y una gran oferta hotelera. Estos son los activos comunes de casi cualquier destino turístico. Pero además, de Torremolinos se exalta su sabor de pueblo marinero, sus pintorescas calles, su acantilado natural (la Punta de Torremolinos) que separa los barrios de La Carihuela y El Bajondillo, sus valores monumentales, su privilegiada gastronomía, la riqueza del Jardín Botánico y, cómo no, sus siete kilómetros de paseo marítimo y playas, para llegar a atribuirle el calificativo de ‘ciudad mágica’.

“Si estás pensando en disfrutar de unos días en la Costa del Sol, una buena idea es visitar Torremolinos”. Este es el consejo que traslada a sus lectores la publicación Top Cultural, una revista online de contenidos turísticos y culturales, que publica un reportaje de la localidad bajo el título ‘Torremolinos, una ciudad mágica”.

“En la actualidad es un destino elegido por turistas extranjeros y nacionales por su carácter abierto y vanguardista. Su vida nocturna atrae a los que quieren pasar unos días de descanso pero también divertirse”, señala el artículo.

Sabor marinero y modernidad

La revista alude a la evolución de Torremolinos de pequeña pedanía de pescadores en emporio turístico a partir de los años 60 y 70 para destacar la convivencia en su diseño urbano de calles de sabor marinero y la modernidad de su gran oferta hotelera y de apartamentos turísticos.

“Una de las atracciones de la localidad es pasear por sus pintorescas calles. Hay que visitar la Torre de los Molinos, que dio origen al nombre al municipio o la calle San Miguel que es la más transitada de Torremolinos. En cuanto a sus monumentos se puede conocer el monumento al Turista y el Castillo del Inglés o de Santa Clara. Entre los edificios destacan el Hotel Pez Espada, el Centro Cultural Pablo Ruíz Picasso, la Casa de las Navajas y la iglesia de San Miguel”, recomienda la publicación

Además del clima privilegiado todo el año, se pone en valor la belleza de sus espacios y recursos naturales, como la Punta de Torremolinos, “un pequeño cabo que cuenta con un sorprendente acantilado”, que separa los dos barrios más antiguos de Torremolinos, como La Carihuela y El Bajondillo. Otros barrios más recientes son Montemar, El Pinillo, Playamar, La Colina o Los Álamos.

Aunque “el mayor atractivo de la localidad siguen siendo sus 7 kilómetros de litoral y sus hermosas playas”, el artículo también recomienda visitar parajes naturales y de gran riqueza biológica como el Jardín Botánico Molino de Inca, el Pinar de los Manantiales y el parque de la Batería.

En cuanto su oferta gastronómica, que califica de ‘privilegiada”, aconseja al lector disfrutar de la experiencia de los platos típicos de Torremolinos, como los espetos de sardinas, el gazpacho, la ensalada de pimientos asados, las coquinas y los mariscos como las gambas y las cigalas. Y su plato estrella el pescaíto frito y su maravilloso pescado a la sal.