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La Navidad soñada por un hombre que nació el 24 de diciembre... en Vejer de la Frontera

Es el relato de un hombre, Juan Galindo, que soñó con donar las rentas de su tierra a los más necesitados mediante un sorteo antes de la Navidad...

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  • “Estoy muy contento porque ha salido como yo quería”, aseguraba Juan Galindo días antes de celebrarse el segundo sorteo
  • A Juan Galindo le gusta contar que él vio nacer a su mujer, Antonio Duarte, un 25 de diciembre
  • El 19 de diciembre se celebraba en Vejer el segundo sorteo de las rentas de la tierra organizado por la Fundación Juan Galindo

No es un cuento de Navidad pero es una historia que acontece en Navidad. Es el relato de un hombre que nació un 24 de diciembre y el de su mujer, que nació un 25 de diciembre, ambos como hijos únicos. Es la narración de una obra filantrópica a manos de un vecino que trabajó el campo durante más de ochenta años y que ahora quiere que la recompensa de ese titánico esfuerzo ayude a los más necesitados a pasar unas fiestas navideñas lo más dignamente posible... Pero no es un cuento de Navidad aunque se desarrolla en Navidad. No es un cuento porque es una historia real de las que merecen ser contadas...

Juan Galindo nació un 24 de diciembre de 1924 y desde que tenía diez años trabajó en el campo junto a su padre. Ahora, a punto de cumplir 97 años, ve por segundo año, cumplido su sueño de destinar las rentas anuales de sus tierras, arrendadas por los hermanos Durán, a las familias más desfavorecidas

El bombo gira y gira... Decenas de familias observan desde el patio de butaca del Teatro San Francisco de Vejer caer la bola... Seis de ellas serán agraciadas con un cheque que recogerán a manos de Juan Galindo, que permanece expectante sobre el escenario. Es domingo, 19 de diciembre. El cielo está despejado pero el viento sopla con fuerza y hace bailar los acebuches y encinas que salpican la campiña norte de Vejer entre las figuras geométricas que aún forman los cultivos de secano que rompen la monotonía de los pastizales para el ganado. Apenas quedan cinco días para la Nochebuena. Se sortean seis lotes de tierra, o mejor dicho, se sortea la renta de cada uno de esos seis lotes de tierra. Tierra que Juan Galindo conoce bien. Tierra regada con su sudor y con el sudor de su padre, Antonio Galindo Marchán. Tierras que ama desde su más tierna infancia...

 

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“Mi padre no quería, pero el niño quería campo”, rememora Juan Galindo desde su casa en la Avenida San Miguel de Vejer, localidad que le vio nacer un 24 de diciembre de 1924, “el día de Nochebuena”, añade riéndose, como si esa fecha fuese una premonición de lo que sería una vida marcada por la bondad, la honradez y el trabajo.

Hijo único de Antonio Galindo Marchán y de Dolores Sánchez Rodríguez, Juan obvio el deseo de su padre y “a los diez años me fui al campo”, donde ha permanecido hasta que con 92 años regresó a Vejer “porque allí ya lo que hacía era estorbar (risas)”.

“Era sin duda un trabajo muy duro... en aquellos años no teníamos la maquinaría que hay hoy. Lo hacíamos todo a mano, desde la siembre a la recogida... usaba un trillo de madera para trillar y otras de palo romanas”, rememora Juan Galindo. Aunque también tuvieron ganado, su labor se basada en la agricultura, “en la campiña con cereales hasta que mi padre compró unas viñas”. Era el año 1936 cuando “me asenté en La Muela”.

Tierras a base de mucho esfuerzo

Las tierras cuyas rentas ahora se sortean “las fue comprando mi padre poco a poco. Incluso fiadas. Si había años sin ganancias, pues nada. Todas fueron adquiridas gracias a su lucha y a su capacidad de ahorro... así se hizo con más de cien fanegas de tierra entre Patria y La Muela”, señala para explicar que esa fue la clave de su idea de crear una fundación.

La lucha, el esfuerzo, el sacrificio y la dedicación tanto suya como de su padre “no podían perderse. Me daba lástima que ese trabajo desapareciera”. Y es que tanto Juan como su esposa Antonia Duarte no han tenido descendencia “y en la familia más cercana no hay agricultores con lo que venderían las tierras a los dos días... Eso me apenaba porque no quiero que se venda, que se pierda, que se separen esas tierras que tanto nos costó conseguir”.

Rumió la idea durante un tiempo, sobre todo en los últimos años, y cuando regresó del campo comenzó a construir su sueño... “Primero hablé con el alcalde quien me dijo de meter esas tierras en las Hazas de Suerte, pero se sortean cada cuatro años y no me gustaba... quería que las rentas se repartiesen cada año antes de Navidad entre las familias más necesitadas del pueblo”, y siguiendo esa senda se creó una fundación que lleva su nombre y que este año ya ha realizado el segundo sorteo.

Esa “idea que me surgió porque tenía mucho tiempo para pensar” es ya una realidad... “estoy muy contento porque ha salido como yo quería”.

Fue en septiembre de 2020 cuando se formaliza la Fundación Juan Galindo y ese mismo año se realizó el primer sorteo. Sus tierras se dividieron en nueve lotes, con una renta perpetua destinada a Cáritas de Vejer, otra a la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer, otra para sufragar los gastos de la propia fundación y las seis restantes “las sorteamos entre la gente necesitada” del pueblo.

El sorteo de las rentas

Para acceder al sorteo existe una plantilla de solicitud en la que se indican varios requisitos, entre ellos llevar empadronado en Vejer desde hace más de cinco años. Las solicitudes son evaluadas... y las admitidas entran en el sorteo. La lista de esas familias se hace pública pero solo con los DNI “para salvaguardar la intimidad de las mismas”. A cada una se le asigna un número de una bola que se introduce en un bombo el día del sorteo.

El primer año se presentaron 40 solicitudes y se aprobaron 21 de ellas. Este año se han presentado 43 familias y 30 han entrado en el sorteo que “lo realizamos antes de la Navidad” por expreso deseo de Juan Galindo para que tengan para comida y juguetes.

Actualmente el Patronato de la Fundación está compuesto por el propio Juan Galindo, en calidad de Presidente de Honor y Fundador;  una presidenta, cargo que recae en Marianela Ferriol Echevarria; una vicepresidenta,  que es la abogada Francisca Sánchez Galván; un secretario, Juan Jesús  Cantillo Duarte; y dos vocales como son José  Galindo Brenes, presidente de la Asociación de  Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras Demencias de Vejer, y Agustín Borrell García,  párroco de  Vejer en representación de Cáritas.

Imagen de la Junta Directiva del Patronato de la Fundación Juan Galindo.

Las tierras de Juan Galindo están arrendadas por Jaime y Antonio Durán, hermanos cuyo padre también trabajó esas tierras junto al propio Galindo, lo que da fe de la lealtad y la fidelidad que ha reinado siempre en sus vidas.

Al hilo, Juan y su mujer, Antonia, celebrarán en abril su 70 aniversario de matrimonio... “una mujer que vi nacer un 25 de diciembre”. Y no es un cuento de Navidad. Recordemos que Galindo nació un 24 de diciembre de 1924... su madre, Dolores Sánchez, ejercía a veces como matrona en los partos. Así que justo al día siguiente de que Juan cumpliese siete años, Dolores se lo llevó con ella porque tenía que asistir al nacimiento del hijo de su prima, “la mamá de Antonia”. Y se lo llevó porque al ser hijo único no podía aún quedarse solo en casa.

Juan Galindo.

Recuerda Juan que mientras esperaba a su madre oyó un llanto y, llevado por la curiosidad que vive en cualquier niño, se asomó a la habitación en la que habían dado a luz a la que hoy en día sigue siendo su mujer... “yo la vi nacer”, le gusta contar a modo de anécdota pero que resume a la perfección su historia de amor.

Prácticamente setenta años después de casarse, ambos permanecen juntos en un piso ubicado en la planta baja de un edificio de la calle San Miguel. Cerca del mismo hay un local, hoy sede de la Fundación. Es básicamente un museo también, al menos la intención es que lo sea en un futuro no muy lejano.

La sede es un 'museo' de su vida

Ese local lo compró hace unos años para exponer sus figuras de pleita a base de hojas de palma y esparto. “Era mi pasatiempo, como no había cine, ni televisión, pues con eso nos entreteníamos”. Algunas son verdaderas obras de arte... y junto a esa magnífica colección también brillan otras piezas y mobiliario esculpidos en madera.

Y entre las figuras creadas a mano y sacadas de su propia imaginación, hay aperos antiguos, herramientas, maquinaria, un tractor, “que me traje de la Muela porque no quería malvenderlos por nada… quería conservarlos”. Exquisitamente colocados esos aperos nos invitan finalmente a pasar a lo que era su habitación en el campo... allí está la cama que compartía con Antonia... la de sus padres... las mesillas de noche... los aparadores... toda una vida abierta a los demás.

Y lo que no se encuentra en ese local, los vecinos y turistas lo pueden contemplar en el Convento de las Monjas Concepcionistas, que alberga el Museo Municipal de Costumbres y Tradiciones de Vejer, siendo Juan Galindo uno de sus principales donantes... “aunque ahí para entrar tienes que pagar un euro”, señala con una pícara sonrisa a modo de broma. Porque le gusta reír y porque se siente feliz.

Sonrisa y felicidad que supuraba por cada uno de sus poros el pasado domingo 19 de diciembre cuando al finalizar el sorteo de las rentas de sus tierras alargaba la mano y hacía entrega de los cheques a las seis afortunadas familias cuya bola cayó del bombo. Seis familias cuyas fiestas navideñas serán un poco más felices gracias a la generosidad y bondad de un hombre que nació un 24 de diciembre y de una mujer que nació un 25 de diciembre. Y es que, para ser sinceros, esto sí que es un verdadero cuento de Navidad digno de ser contado.

 

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