Hace 22 años dos jóvenes cambiaron la sociedad de Conil como pocas personas lo habían hecho antes (y después). Dos jóvenes al que se unieron un ejército de madres, padres y profesionales para dar respuesta a una necesidad imperante y en aquellos años, inexistente en la localidad. Hablamos de la atención, en toda su amplitud, de las personas con diversidad funcional. Por aquel entonces, “cada familia hacía la guerra por su cuenta”, comenta Mariló Alba, administrativa de Ahínco.
El objetivo de Las Parcelas es contar con nuestro propio centro de formación reglado para que los chicos puedan trabajar en el mismo”, señala Nieto, “es cerrar el círculo, desarrollarse con nosotros para que puedan tener un futuro laboral y ser más autónomos e independientesAhínco, un nombre con fuerza, potente, repleto de significado y significante. Un nombre que representa a la perfección a sus fundadoras y a sus usuarios. Es el “empeño muy fuerte que pone una persona en hacer una cosa”. Optaron por ese nombre aunque la hache no cuadrase en las siglas de la Asociación de Integración Conileña.
Manoli Amaya y Mari Ángeles Trujillo Izeta fueron las pioneras de este proyecto, de esta asociación que ya ha logrado grandes hitos, entre ellos quebrar tabúes, dar visibilidad, “crear un todo” que va desde el aprendizaje, la formación y la integración social y laboral de un colectivo que vivía, en muchas ocasiones, de puertas para adentro, sin poder mostrar todo su potencial y sin contar con medios para avanzar. Unirse fue una revolución.
Manoli y Mari Ángeles fueron casa por casa, hogar por hogar, familia por familia, explicando su idea y buscando cómplices, socios para llevarla a cabo. A ellas se le unieron Cristo, Beatriz, María Narváez, Mariki, Lola Pérez, Pepa Brenes, Antonia Añino, Mari ángeles… y luego muchas más madres, padres y profesionales. Primero trabajando de forma voluntaria, luego profesionalizando una labor que se antoja ya imprescindible.
Pablo Pineda Ferrer, maestro, conferenciante, presentador, escritor y actor español, dijo en su día que “no hay personas con discapacidad, sino con capacidades diferentes”. A día de hoy ese axioma está cada vez más asumido por la sociedad gracias a asociaciones como Ahínco, pero lo cierto es que hace veinte, treinta o cuarenta años, esa frase solo era reconocida por aquellas familias que contaban entre sus miembros con una persona con diversidad funcional. Y se enfrentaban a ello solas, sin apenas conocimientos en gran parte de los casos, repletas de dudas, con muchas preguntas en el aire, añorando más igualdad, añorando una sociedad que apostase con fuerza por la integración y que facilitase la conciliación.
En Conil fue Ahínco, que hace poco cambió de Junta Directiva. Con el nuevo presidente, José Antonio Nieto, con Mariló Alba, administrativa, con Pepi Núñez, psicopedagoga, y con su hermano Diego, que acaba de inaugurar una exposición fotográfica en los bajos de la Piscina, donde se encuentra el centro de Atención Infantil Temprana, hemos mantenido un encuentro para conocer un poco mejor a esta asociación.
Su nacimiento
“Ahínco es una asociación que se creó hace más de veinte años para atender a las personas con diversidad funcional. Las familias y profesionales vieron que no había nada en el pueblo para dar respuesta a esas necesidades y crearon esta asociación para atender, formar y facilitar un lugar donde puedan ir y mejorar sus relaciones sociales”, explica Núñez para enfatizar en la importancia que tuvieron Manoli Amaya y María Ángeles Trujillo, que “fueron a buscar a madres y padres, entre ellos a mi madre”.
Los primeros años fueron duros pero ilusionantes. “Entre todos fuimos aprendiendo. No entendíamos de estatutos”. Luego comenzaron las reuniones, luego llegó el nombre, Ahínco, “queríamos una palabra fuerte”. Más tarde el primer local con un patio y unas cuantas mesas donde el voluntariado llevaba todo el peso de la asociación. “Y poco a poco hemos ido creciendo”.
Pepi Núñez y su familia fueron parte de esas madres fundadoras. Ahora es psicopedagoga en Ahínco. “Manoli y Mari Ángeles se interesaron por hacer la asociación y buscaban ayuda. Vinieron a casa y enseguida nos unimos y nos pusimos en marcha”. Ella desde joven se decantó por esa especialidad “porque me encantaba”. Mientras estudiaba ya realizaba sesiones a varios niños. Ahora forma parte del equipo profesional de Ahínco.
“Esta asociación partió de un grupo de madres muy unidas, que nos ayudábamos mutuamente, que acudíamos a congresos y eventos para informarnos y formarnos porque en aquellos años, si contabas con una persona del colectivo en casa, no tenías ni medios, ni información. Ahora todo ha cambiado para mejor. La integración es mucho más efectiva. Lo que se ha logrado era impensable en esos años”, confiesa.
Y por supuesto que todo ha cambiado para mejor. De aquel local con pocas mesas no solo queda un grato recuerdo. Es esfuerzo de esas madres “tan unidas” ha dado un fruto maravilloso. Hoy Ahínco cuenta con una sede en la Calle Puerto Serrano, donde se atiende a niños de tres años en adelante, con servicios de psicopedagogía, logopedia y fisioterapia. También gestionan el Centro Infantil de Atención Primaria, dependiente de la Junta, para niños y niñas de 0 a 6 años, que son derivados por Pediatría. Cuentan con “logopedia, para mejorar la comunicación verbal; psicología; y fisioterapia para la mejora de la motricidad fina y gruesa”.
En Atención Temprana atienden a unas 70 familias (muy por encima de las plazas concertadas), y en la sede a unas 20.
Respiro familiar y ocio
Pero también ofrecen, en Las Parcelas, más servicios como son sus programas Respiro Familiar y el de Ocio y Tiempo Libre. Respiro Familiar “es una estancia diurna para que las familias puedan conciliar y compatibilizar el trabajo y su vida cotidiana. Se desarrolla de lunes a jueves”. Y los fines de semana, ponen en marcha Ocio y Tiempo Libre, para la mejora de las habilidades sociales a través de la realización de infinidad de actividades que van desde el deporte, las excursiones, salidas nocturnas, convivencias, cine, etc.
Tal es el éxito de ambos programas que también cuentan con familias que viven en pueblos cercanos a Conil.
Normalmente son las familias quienes se ponen en contacto con la asociación, otras son derivadas por el pediatra a Atención Temprana y luego, a los seis años, deciden continuar con Ahínco.
Hemos de mencionar la importancia que ha tenido para Ahínco el apoyo mostrado siempre por el Ayuntamiento. “Todos los locales en los que estamos han sido cedidos por ellos, además de una subvención anual que nos ayuda a financiarnos”, explica Alba.
También cuentan con una subvención de la Diputación para diferentes actividades, o de entidades privadas como La Caixa o Ibercaja (la última se usó para un curso de formación en hostelería), la cuota mensual para sus dos programas de Ocio y el de Respiro, así como con la cuota de los socios, con la que “sin la ayuda de las administraciones y la solidaridad del pueblo, no alcanzaría para mucho”.
Son once los profesionales que están en nómina, entre administrativos, psicólogos, monitores y fisioterapeutas. Pero es necesaria ampliar la plantilla y las plazas, tal y como afirma Juan Antonio Nieto, que “acaba de aterrizar” como presidente de Ahínco y cuya labor es “coordinar, con los trabajadores del centro, los proyectos que podemos poner en práctica para mejorar nuestra oferta, las instalaciones, y así mejorar el servicio que ofrecemos a los usuarios”.
Sus grandes objetivos
Entre los objetivos de Ahínco, el primero “y el más importante, es conseguir la licitación y ampliación del número de plazas en Atención Temprana. Son muchas las familias en Conil que dependen de ello y de lo contrario podrían ser derivados a otros municipios, algo que ya está sucediendo”.
Una ampliación de plazas que depende de la Junta de Andalucía. Actualmente cuentan con 46 plazas concedidas a pesar de que atienden a más 70 familias. Si nada se tuerce, en diciembre, la Junta recompensará dicho sobreesfuerzo.
El segundo objetivo, “a más largo plazo”, es la puesta en marcha en Las Parcelas de un complejo de ocio que cuente con una zona de restauración, un albergue, un centro de formación y empleo de inclusión, un aula de la naturaleza. “Queremos conseguir la cesión de los edificios (por parte del Ayuntamiento) , ya que ahora contamos con el terreno”, explica Nieto.
Un complejo de ocio y formación donde el objetivo es que “el 70 por ciento de la plantilla sea para personas con diversidad funcional” y que sirva también de lugar de convivencia entre las distintas asociaciones de la provincia y fuera de ella.
“Es un proyecto ambicioso, aún así, el más importante y el más necesario sigue siendo la ampliación de plazas para la Atención Temprana”, insiste Nieto.
Sobre el complejo de ocio y formación no se marcan plazos. “Tenemos la visión general. El primer paso es lograr la cesión de los edificios, pero vamos paso a paso”.
Cerrar el círculo
Y es que con ese proyecto se cerraría el círculo. Desde la ayuda temprana a la integración laboral y social. “El objetivo de Las Parcelas es contar con nuestro propio centro de formación reglado para que los chicos puedan trabajar en el mismo”, señala Nieto, “es cerrar el círculo, desarrollarse con nosotros para que puedan tener un futuro laboral y ser más autónomos e independientes”.
Nieto se adentró en Ahínco tras acudir su hija al centro de Atención Temprana. A los seis años “quise seguir con los servicios que prestaba la asociación”, así que fue interesándose, “llamé a los socios y quise contribuir. Luego me interesé por los diferentes proyectos y cuando supe que iba a ver un cambio de directiva, decidí dar el paso”.
Otro objetivo es ampliar sus programas con uno de habilidades, semejante al taller que se impartió el año pasado de refuerzo educativo.
También son conscientes de que “debemos mejorar las relaciones con otras asociaciones de la provincia. Debe haber más comunicación. Eso nos ayudaría a ir todos a una para presionar y pedir más ayudas y formación. Trabajar de forma conjunta ayuda”. Eso no quiere decir que esas relaciones no existan, de hecho comparten muchas actividades con Avadis Vejer.
Pero lo cierto es que la idea que tuvieron esas dos jóvenes hace 22 años ha dado “un vuelco a la situación. Ha ayudado a muchas familias que vivían la misma situación pero cada una en soledad. Ahínco es un todo. Ha sido complicado pero ha merecido la pena. Hoy la integración está mucho más avanzada”.
Y ha sido gracias a ese “grupo de madres que se unieron”, pero también al hecho de que “Conil, si algo tiene, es que es un pueblo muy solidario, pero no solo con Ahínco, sino con todos los colectivos. Solo un ejemplo, con la última gaña benéfica, en Onda Conil y de la mano de Redexis, logramos ayuda para montar todo el equipamiento del bar de Las Parcelas. Fue increíble”.
Como increíble y maravilloso es ver cómo se plasma, cómo modifica una sociedad, el sueño de unas madres, de unos padres, de unos profesionales, que se unieron para cubrir una necesidad, para romper barreras y para dar la oportunidad que no tenían las personas con diversidad funcional.
Aparcamos la conversación y nos quedamos absortos con la belleza que Diego ha conseguido plasmar en sus coloridas fotografías en las que se refleja cada rincón y cada patio de Conil… un pueblo solidario casi por naturaleza.