Según indicaron fuentes consultadas por este diario, las calidades del material utilizado para dar forma a los tabiques fue sacrificada para que la obra tuviera un menor coste. Si bien inicialmente iba a ser el ladrillo el material que cubriese estos muros, finalmente éste se sustituyó por el pladur, algo que fue considerado inaceptable por los técnicos encargados de aprobar la ejecución de la obra.
Las mismas fuentes agregaron que dicho abaratamiento tenía su base en otro aspecto del proyecto cambiado sobre la marcha y que tampoco iba reflejado en el proyecto inicial, como era la construcción de un ascensor en uno de los módulos, concretamente en el que tendrían sus viviendas el capitán y los suboficiales, donde inicialmente había que construir una escalera.
Actualmente, el hueco donde iba a ir el ascensor está cubierto con vallas y material de obra, como pudo comprobarse en las fotografías que acompañaban la información adelantada por este diario ayer lunes.
Fuentes oficiales consultadas por este diario no pudieron precisar si en breve se efectuarán las modificaciones pertinentes para que se pueda recepcionar el proyecto. En cualquier caso, para que ello pueda tener lugar, será necesario, probablemente, acometer más obras.
Antecedentes
Estos trabajos se añadirían a un proyecto cuya subasta para adjudicación fue publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del 13 de diciembre de 2003, y que motivó incluso la publicación, por parte de la concejalía de Vivienda, de anuncios para las empresas de la localidad que estuviesen interesadas en apostar por la rehabilitación del edificio. Tras adjudicarse las obras, en el mes de julio del año 2004, la ejecución de los trabajos comenzaron ese mismo año.
Hay que reseñar que las obras de remodelación de este edificio eran especialmente necesarias, teniendo en cuenta que desde la década de los 60 “no se había realizado ninguna reforma”, indicó la -entonces y ahora- concejala de Vivienda, Mari Cruz Atienza, una de las grandes impulsoras de este proyecto.
El proyecto inicial para el acuartelamiento planteaba la actuación sobre cuatro módulos y 74 viviendas, y el pintado interior y exterior de todo el edificio. En diciembre de 2006 se entregaron las primeras 22 viviendas, que según pudo saber este diario están efectivamente ocupadas, pero, como denunció AUGC el pasado fin de semana, hay otras 52 pendientes de recepcionar, y desocupadas, salvo una en la que se instala la peluquería y otra para el capitán, en base a la versión de la asociación profesional.
La rehabilitación, prevista en un principio para un coste de un millón de euros, quintuplicó este valor durante la ejecución de los trabajos, a lo que habrá que añadir, seguramente, unos cuantos cientos de miles de euros más caso de tener que rematar las zonas no acordadas.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) tachó este fin de semana de “inverosímil” que el acuartelamiento lleve un año atendiendo al público sin el correspondiente Certificado de Ocupación tras la finalización de los trabajos de reforma, ya que “técnicamente, el acuartelamiento no debe ser utilizado mientras no se solucionen los problemas administrativos”.
No obstante, y por cuestiones de mera operatividad, el acuartelamiento continúa su actividad y ofrece los mismos servicios en sus gestiones habituales de recepción de tramitación de denuncias, intervención de armas y policía judicial.
Además, desde la asociación profesional denunciaron que, mientras las más de 50 familias que viven provisionalmente de alquiler no pueden ocupar sus viviendas, en uno de los pisos se ha habilitado una peluquería, mientras que en otro de los inmuebles estaría residiendo, supuestamente, uno de los mandos responsables del acuartelamiento.
Por todo ello, AUGC exigía la inmediata “aclaración” de las circunstancias en las que se encuentran las mencionadas dependencias de la Guardia Civil de La Línea.