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El SPD rechaza peticiones de expulsión de Gerhard Schröder por sus vínculos con Putin

Presentadas por varios militantes por sus vínculos con el presidente ruso, Vladímir Putin, y con empresas controladas por el Kremlin

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  • Gerhard Schröder y Putin (archivo). -

La comisión de arbitraje del Partido Socialdemócrata (SPD) rechazó hoy las peticiones de expulsión del excanciller alemán Gerhard Schröder, presentadas por varios militantes por sus vínculos con el presidente ruso, Vladímir Putin, y con empresas controladas por el Kremlin.

La decisión ratifica el anterior pronunciamiento en ese mismo ámbito de la agrupación regional de Hannover, la capital del "Land" de Baja Sajonia y patria política de Schröder, adoptada en agosto del año pasado y contra la que habían recurrido esos militantes.

Entonces, como ahora, el órgano del partido consideró que las relaciones del excanciller -1998 a 2005- y expresidente del SPD -1999 a 2004- no dañaban a la formación política ni vulneraban sus estatutos.

De Hannover partió la carrera política de Schröder, quien antes de alcanzar la cancillería fue primer ministro de Baja Sajonia, el "Land" por el que sigue afiliado al SPD.

Las demandas de expulsión procedieron de 17 asociaciones locales y pedían su expulsión como militante por sus vínculos con Putin, que Schröder sigue defendiendo pese a los numerosos requerimientos de la cúpula socialdemócrata para que los rompa.

Las iniciativas contra el excanciller del partido del canciller Olaf Scholz se materializaron tras el inicio de la invasión de Ucrania por Rusia. La propia copresidenta del SPD, Saskia Esken, le "invitó" a dejar la militancia.

Schröder ha lamentado en sucesivas declaraciones la guerra en Ucrania, pero sin condenar a Rusia, e incluso ha mantenido sucesivos encuentros con Putin, teóricamente con intención mediadora, no respaldados ni por el partido ni por el gobierno de Scholz.

El proceso de expulsión tenía pocas perspectivas de prosperar, ya que son muchos los obstáculos que deben superarse para "demostrar" que un militante daña al partido o atenta contra sus principios.

En el caso de una figura como Schröder, el tercer canciller socialdemócrata de la República Federal de Alemania (RFA), tras Willy Brandt y Helmut Schmidt, se consideraba más que improbable la expulsión.

La cuestión clave de las demandas se centraron en su relación con Putin, a quien Schröder dio trato de amigo y aliado mientras estuvo en el poder, antes de pasar tras su retirada a ocupar puestos en los consejos de empresas controladas por el Kremlin, como Gazprom.

Fruto de esa relación fue la construcción del germano-ruso Nord Stream, acordada entre Berlín y Moscú en 2005, poco antes de ser derrotado en las urnas por la conservadora Angela Merkel.

Pocos meses después ocupaba ya cargos en consejos de administración relacionados con el gasoducto, un caso de supuesta "puerta giratoria" que ya en esos momentos causó escándalo político.

La cuestión se agravó a raíz de la guerra de Ucrania, al constatarse que Nord Stream es la clave en la alta dependencia energética de Alemania respecto a Rusia.

Schröder renunció en mayo del año pasado entre fuertes presiones a sus cargos en el consorcio petrolero ruso Rosneft, cuyo consejo presidía desde 2017, y a su candidatura para ingresar en el de Gazprom. 

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