La diócesis de Málaga se ha unido ala celebración universal de la apertura del Jubileo de la Esperanza. Lo ha hecho con la celebración este domingo en la Catedral de Málaga de la Misa de Apertura del Año Jubilar 2025. Y es que, como han señalado desde el obispado malagueño, todas las diócesis del mundo están abriendo el Jubileo de la Esperanza al unísono como signo de comunión.
Así, con este motivo, fieles, sacerdotes y religiosos y religiosas han sido convocados a acudir en procesión desde la parroquia de Santiago Apóstol para dar comienzo a la apertura del Jubileo en la diócesis malagueña
En su página web la Diócesis ha indicado que “el papa Francisco nos recuerda que necesitamos esta virtud: El optimismo defrauda, la esperanza no! La necesitamos mucho, en estos tiempos que aparecen oscuros, donde a veces nos sentimos perdidos frente al mal y la violencia que nos rodea, frente al dolor de tantos hermanos nuestros. ¡Necesitamos esperanza! Nos sentimos perdidos y también un poco desanimados, porque nos sentimos impotentes y nos parece que esta oscuridad no se acabe nunca”.
Ante esto, señala el mensaje del pontífice: “Descubramos a Dios que camina con nosotros, y nos llama a caminar como Diócesis, desde nuestras parroquias, desde nuestras realidades eclesiales, en aquellos lugares donde es más necesaria que nunca la esperanza”.
Y es que, como se indicaba al iniciarse este mes de diciembre: “Como recogen las Prioridades Pastorales de la Diócesis de Málaga para este curso, el jubileo es una ocasión propicia para que cada cristiano sea en la Iglesia una llama de esperanza, que ilumina nuestra sociedad tan necesitada de Dios”.
Desde la Iglesia en Málaga se anima a que “descubramos a Dios que camina con nosotros, y nos llama a caminar como Diócesis, desde nuestras parroquias, desde nuestras realidades eclesiales, en aquellos lugares donde es más necesaria que nunca la esperanza”. Así, desde la Diócesis se invita a ser, de modo personal, “peregrinos de esperanza” en nuestros ambientes, pero también a recorrer como comunidad eclesial, esos “lugares”concretos que nos llaman a ser testigos esperanzados”.
