Era cuestión de tiempo y como era de esperar los platos rotos a pagarlos los de siempre, los del sur del país. Y es que ayer daba a conocer el club sevillista a través de su web que el Comité de Competición de la RFEF le había comunicado la sanción de cierre parcial de la zona central de la grada de Gol Norte durante cuatro partidos, en el expediente abierto a la entidad tras la denuncia formulada por la LFP y correspondiente a los cánticos ofensivos recogidos en la jornada 29, en el Sevilla-Atlhetic Club.
Además, en el mismo texto la Federación insta al club a que se abstenga de reubicar a los aficionados que habitualmente se ubican en esa grada durante el periodo de sanción y que en los partidos afectados se muestre en esa zona un mensaje de condena a los actos y conductas violentas, racistas, xenófobas e intolerantes en el fútbol.
Vaya por delante que la violencia nunca debe ser bienvenida al mundo del fútbol, pero el problema de esta sanción indiscriminatoria es que nuevamente llega con diferente vara de medir. En Madrid hay varias gradas que insultan constantemente y no se reflejan. En Valencia se le ha prohibido el acceso al informador de la LFP. Pero claro, es más fácil multar en Sevilla, además de placentero.