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Sábado 04/05/2024  

Andalucía

La parte escondida de Màxim

‘La parte escondida del iceberg’ nos propone una novela sobre la memoria y sus consecuencias con el telón de fondo de la ciudad del Sena

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  • ‘La parte escondida del iceberg’ nos propone una novela sobre la memoria y sus consecuencias con el telón de fondo de la ciudad del Sena
  • El periodista y escritor Màxim Huerta recurre a la memoria en su última novela

Quien más y quien menos tiene un ramalazo de nostalgia, pero ojo, que la memoria puede ser tan positiva como negativa. O como dice Màxim Huerta, “la nostalgia a veces es peligrosa porque te puede llevar al insomnio o te puede llevar a lugares que no te apetece visitar, que han pasado y ocupan lugar y no te hacen falta, pero a veces es buena, a veces ayuda, un buen recuerdo siempre es positivo aunque sea de alguien que ya no está o de algo que te hizo muy feliz; la nostalgia ayuda, pero en exceso como todo, una nostalgia de más es como una copa de más y puede provocar hasta algún episodio de ansiedad”. 

Lo dice en la entrevista que mantenemos con él en el espacio ‘Citas con la actualidad’ de Ondaluz Málaga para hablar de su libro, bueno, de su última novela, que en realidad es la que hace seis en la carrera literaria de este reconocido periodista al que la televisión ha puesto en todos los hogares. ‘La parte escondida del Iceberg’ más que una novela autobiográfica es una obra de autoficción, pero para no perdernos en los conceptos, tenemos la explicación de Huertas: “Pensando en otras novelas como París era una fiesta de Ernest Hemingway, que es el libro que yo más he leído, se trata de un recorrido por París que hace él mismo, que es el protagonista y recuerda la ciudad cuando fue feliz con su mujer, y es un libro que es una ficción cuando ya está escrito, pero que es real durante la escritura lo que está contando; con mi novela pasa igual, pero no lo he inventado yo, lo han hecho Martín Gaite, Rosa Montero… más gente, Muñoz Molina: la novela ya la puedes leer como ficción, es fábula, pero el que la escribe, recurre a lo más cercano que tiene para contarla aunque cuando está escrito, ya no es tuyo, es ficción”.

Pero no todo es autobiografía,  ni tampoco es escritura como terapia; “no es terapia, porque la terapia te la dan los médicos o la lectura”, de hecho, él que agradece a sus padres que de pequeño le metieran el veneno de la literatura a base de regalarle libros y enciclopedias, considera que “leer ayuda, porque encuentras cosas que te sirven a ti, escribir no es una terapia es un oficio y la promoción es divertida y charlar con los lectores más”.

Literatura necesaria en tiempos de informaciones dolorosas: “La gente ve mal la actualidad y se puede huir con la literatura. No puedes evadirte, pero la literatura da calma y te quita las prisas, ya no es escribir la noticia”

Al fin y al cabo, como concluye Màxim Huerta: “Las cosas en la memoria a veces son más perfectas que en la realidad”. O como se decían los protagonistas de la película Casablanca: “Siempre nos quedará París”.

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