El edil de Cultura, Juan Carlos Galindo, contactó con responsables municipales de A Coruña y comunicó la inmediata petición formal mediante un escrito al teniente alcalde de Relaciones Institucionales, Carlos González-Garcés Santiso, presidente de la comisión de Honores y Distinciones.
Galindo explicó que el General Lacy, fusilado por el absolutismo en 1817, "había mantenido un vínculo importante con el pueblo gallego, del que había sido capitán general, dejando una huella profunda por su carácter progresista. No fue la única ciudad que le dedicó su homenaje. En la misma capital de España existe una calle con el nombre de este insigne sanroqueño".
Tanto el Ayuntamiento coruñés como el de San Roque coincidieron en la preservación de una vidriera de las respectivas Casas Consistoriales, coincidente con el período franquista. A este respecto, el comité de expertos nombrado en A Coruña y el cronista oficial de San Roque, Antonio Pérez Girón, coincidieron en la necesidad de preservar dichas vidrieras por el valor artístico, entre otros aspectos. En ambos casos se aconsejaba, para evitar equívocos, se dispusiera un cartelito informativo.