El 13 de Noviembre es el Día Mundial de la Dieta Mediterránea, uno de los tipos de alimentación más valorados del mundo por expertos en nutrición y salud porque supone un consumo equilibrado y variado de todos los grupos de alimentos. En los últimos años, numerosos estudios científicos han demostrado la eficacia de la dieta mediterránea a la hora de prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida de las personas.
Esta dieta equilibrada y saludable se conoce como dieta mediterránea, presenta numerosos beneficios para la salud y favorece la nutrición equilibrada que permite evitar la obesidad y tradicionalmente se realiza en los países del área mediterránea.
En 2016 había más de 340 millones de niños y adolescentes con sobrepeso u obesidad. La prevalencia del sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes ha aumentado de forma espectacular, del 4% en 1975 a más del 18% en 2016. Este aumento ha sido similar en ambos sexos: un 18% de niñas y un 19% de niños con sobrepeso en 2016 y estos datos muestran un serio problema.
La obesidad aumenta el volumen de sangre total y el gasto cardíaco, y la sobrecarga cardíaca es mayor en la obesidad. Es común que los obesos tengan un gasto cardíaco más elevado pero menor resistencia periférica total, a cualquier nivel de presión arterial.
Pero, al hablar de dieta mediterránea, nos referimos a algo más que una simple selección de alimentos y la elaboración de recetas sencillas, sabrosas y apetecibles. Se trata de una filosofía o estilo de vida, que combina la realización de actividad física regular con un ritmo de vida menos estresante.
Esta dieta está basada en productos frescos, locales y de temporada en la medida de lo posible, por lo que contribuye al mantenimiento de una agricultura sostenible y a proteger el medio ambiente.
Sus ingredientes principales son el aceite de oliva (único alimento indispensable en este tipo de alimentación como nos insiste Javier Sánchez Perona, investigador del CSIC y profesor de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla) los cereales, las frutas, las verduras, una proporción moderada de carne, pescado y productos lácteos, y abundantes condimentos y especias, como el romero.
Algunos centros de investigación como el CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) han demostrado que el aceite de oliva virgen tan utilizado en la dieta mediterránea, cuando supone la principal fuente de grasa de la dieta, aporta unos beneficios que están ausentes en otras grasas alimentarias a pesar de que tengan una composición similar.
Las propiedades saludables que se le atribuyen se basan en la constatación de que, aunque en los países mediterráneos se consume más grasa que en los Estados Unidos, la incidencia de enfermedades cardiovasculares y de determinados tipos de cánceres asociados a la alimentación, como el de colon, es mucho menor.
En los países mediterráneos la pirámide de la dieta mediterránea se ha actualizado para adaptarse al estilo de vida actual en la nueva pirámide de la dieta mediterránea. Se recomiendan unas proporciones de los distintos grupos de alimentos, la composición de las comidas principales y además se incorporan la manera de seleccionar, cocinar y de consumir dichos alimentos.
Otra parte importante que ha de añadirse a esta dieta es la mezcla de una buena alimentación con el deporte. Cada persona tiene unas capacidades físicas diferentes pero es esencial el movimiento del cuerpo de forma habitual. Dar largos paseos es una costumbre muy sana que se lleva a cabo mucho en tierras mediterráneas, como en Conil de la Frontera, ya que el buen clima invita a la actividad física al aire libre.
Nuestro clima, los maravillosos paisajes, la playa, los acantilados y pinares de Roche invitan a pasear y a disfrutar del sol. Igualmente, todos los alimentos recomendados anteriormente están muy presentes en Conil, donde tenemos la fortuna de contar con un pescado azul de calidad, nuestro increíble atún de almadraba, verduras, hortalizas y otros productos de la huerta conileña, por lo que nuestra población es un enclave inmejorable que potencia nuestra salud cardiovascular.
