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Provincia de Cádiz

La memoria explosiva de la Guerra Civil en Cádiz

La Guardia Civil ha desactivado 146 artefactos de la contienda en la provincia de Cádiz. Los hallazgos sobre el mapa permiten trazar el devenir del conflicto

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La Guardia Civil ha desactivado 146 artefactos explosivos procedentes de la Guerra Civil en la provincia desde 1985. Según los datos de respuestas parlamentarias al senador y ahora diputado nacional de EH Bildu Jon Iñarritu y cifras obtenidas por medio del Portal de Transparencia del Gobierno, la comarca del Campo de Gibraltar, con 89, es el territorio donde más hallazgos se han registrado. Le sigue la Costa Noroeste, con otras 25 piezas detonadas.

Garrapateando los números sobre el mapa de Cádiz y uniendo los puntos podemos trazar, con la ayuda del historiados José Luis Gutiérrez Molina, el devenir de la contienda desde el 18 de julio. “El golpe triunfa al día siguiente en las tres grandes ciudades, Cádiz, Jerez y Algeciras, aunque el control absoluto no se produce hasta finales de octubre”, relata Gutiérrez Molina, quien remarca que en los dos primeros días del alzamiento se cuentan, solo en la capital, una veintena de asesinatos.

El asedio al edificio del Gobierno civil, con Mariano Zapico atrincherado con un grupo de guardias de asalto capitaneados por Antonio Yáñez-Barnuevo se resuelve pronto. La máxima autoridad de la República en la provincia fue fusilada el 6 de agosto de 1936, convirtiéndo de forma temprana en la primera víctima de la brutal represión que aguarda aún dictada por el general Quiepo de Llano desde Sevilla.

Desde entonces y hasta finales de octubre, Cádiz vivió una guerra de columnas, con la toma de posiciones y la consolidación de las mismas por parte de regulares, falangistas y requetés, apunta el director científico de la página web www.todoslosnombres.org, sin que se entablara combate con movimientos de unidades. Son tiempos confusos, en los que se producen desplazamientos masivos de población, como en Paterna, y los campos se llenan de fugitivos.

El avance de las columnas golpistas, entre las que destacan las de Carranza, los hemanos Zamacola o los Mora-Figueroa, y la “limpieza” de los entornos de las localidades tomadas, apresando o eliminando a los huidos, deja a Grazalema, Ubrique y Jimena como únicos grandes municipios aún en poder de la República a finales de verano. Una vez doblegadas las dos localidades de la Sierra, los esfuerzos se concentran en La Sauceda, enclave en el que confluyen los términos municipales de Jerez, Cortes y Alcalá de los Gazules, y donde se refugió un gran número de anarquistas, republicanos, socialistas y otros muchos vecinos que temían por su vida.

El 31 de octubre ceden. La desigualdad de la potencia de fuego desde el inicio es brutal y se siente especialmente ahora. Los apresados fueron trasladados a El Marrufo, que se convirtió en un campo de concentración donde se le dio muerte, en cinco meses, a más de 300 personas. Gutiérrez Molina destaca que el Campo de Gibraltar acumula desde entonces numeroso material de guerra. Tanto es así que solo en Algeciras se han localizado hasta 32 artefactos en los últimos 35 años, los dos últimos, el año pasado; otros 16, en Tarifa; 12, en San Roque; 15, en La Línea; 7, en Los Barrios; 5, en Jimena; y 2, en Castellar.

La comarca es igualmente de máximo interés geoestratégico en la posguerra. Concretamente en el periodo comprendido entre 1940, al comienzo de la II Guerra Mundial, y hasta su término, entre 1945 y 1946. El paseo militar que preveía Hitler en su conquista de Europa se tuerce a partir de 1942, con la resistencia de Inglaterra, la derrota de Stalingrado y la entrada de EEUU en el conflicto. El Campo de Gibraltar se convierte en un polvorín nuevamente por el temor de Alemania de que los aliados inicien la contraofensiva a partir del desembarco en El Peñón. A partir de 1947 y hasta 1952, algo que explicaría también, aunque en menor medida, la presencia de artefactos explosivos, la zona es punto de entrada y salida de la guerrilla, actividad clandestina que se extiende por todo el litoral.

Trebujena, con 13 artefactos; Sanlúcar, con 10; y Chipiona, con otros 2, también fueron localidades de importancia en el transcurso de la guerra porque el bloqueo del Guadalquivir era clave para evitar el avance de los sublevados. En Sanlúcar se acantonaron tropas alemanas e italianas y Doñana acogió a centenares de huidos. El resto de explosivos localizados se reparten entre otras 13 poblaciones. Cádiz (5), San Fernando (2), El Puerto (1), Chiclana (4), Medina (6), Conil (2), Vejer (3), Paterna (3), Jerez (1), Ubrique (1), Zahara (2), El Gastor (1) y Arcos (1) completan el mapa de la memoria explosiva de la Guerra Civil en la provincia.

Mucho ojo si te topas con un artefacto: lo recomendable es alejarse y llamar al 112

La munición de guerra que se disparó, se proyectó o se cayó y no explotó durante la Guerra Civil por su mal funcionamiento, diseño o por cualquier otro motivo entraña un gran peligro. Aunque por su aspecto pueda parecer roto u oxidado, el mecanismo interno puede estar intacto y, por lo tanto, ser una amenaza si se manipula inadecuadamente. Por ello, en caso de toparnos con un artefacto, hay que tener en cuenta que es destructivo, de manera que no se puede coger ni tocar para no provocar una explosión. Las autoridades recomiendan alejarse del lugar y llamar de manera inmediata a los servicios de emergencia para que procedan a su desactivación y retirada. Los lugares más habituales en los que se encuentran son cuevas, grutas, búnkeres, playas o zonas de costa con rocas, en el bosque, campos de cultivo o excavaciones y obras. Entre los tipos más habituales, están proyectiles de artillería, granadas de mano, granadas de mortero, granadas de fusil, espoletas y bombas de aviación.

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