La búsqueda de nuevos registros ha caracterizado la carrera del artista almeriense, que experimentó “un cambio personal y musical” cuando compuso Paz, el tercero de sus discos.
“Me di cuenta de lo abierta que puede ser la música más allá del flamenco, que es lo que estaba acostumbrado a tocar”, declara.
En opinión de Niño Josele, la fusión sólo es “real” cuando “sale del corazón y tiene coherencia”.
“Si yo hago algo sobre jazz, lo hago dentro de mi cadencia, que es el flamenco”, declara este músico precoz que, con apenas catorce años, ya era guitarra titular en la Peña El Taranto, el local flamenco con más solera de Almería.
En un mundo “mezclado” que demanda “cosas nuevas a gritos”, Niño Josele opina que el flamenco puede ser un interesante vehículo para alcanzar esas novedades.