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Sábado 27/04/2024  

A(Em)prendiendo

Costes de transacción

Según el Nobel de Economía Ronald H. Coase (1910-2013) las empresas existen porque el mercado incurre en costes

  • Costes de transacción. -

Según el Nobel de Economía Ronald H. Coase (1910-2013) las empresas existen porque el mercado incurre en costes, denominados costes de transacción. Estos costes de transacción están asociados a la búsqueda de información, para encontrar y contactar con la parte adecuada que permita realizar el intercambio deseado. También hay costes de negociación de las condiciones del contrato, anticipando las posibles contingencias que pueden surgir y acordando cómo solucionarlas. Finalmente, también se incurre en costes de garantía, para asegurar que se cumple lo pactado, o qué consecuencias implica no cumplirlo. Frente a la mano invisible del mercado, la mano visible del empresario puede conseguir coordinar de forma más eficiente las transacciones.

Supongamos que, como consumidores, queremos comprar naranjas. Tendríamos que localizar uno o varios proveedores de naranjas, comparar, negociar qué calidad, cantidad y precio podemos obtener, qué condiciones de entrega y forma de pago, y qué pasaría si alguna de las partes engaña a la otra o incumple sus compromisos, entregando productos de peor calidad, en malas condiciones, con mermas en la cantidad, fallando en la entrega o en el pago. Resulta más operativo ir a la tienda o al supermercado y comprar allí las naranjas. El empresario es el que ha realizado todas esas gestiones por nosotros y asumido todos esos costes y riesgos, a cambio de un margen de beneficio. 

No obstante, hay que tener en cuenta que algunas empresas engañan al consumidor, diciéndole que los productos que venden son españoles cuando no lo son, y que su origen garantiza que no tienen fitosanitarios ilegales perjudiciales para la salud, cuando compran más barato a proveedores extracomunitarios que sí pueden utilizarlos. No hay eficiencia en costes de transacción que justifique el engaño y el fraude. 

Las administraciones públicas deberían velar para controlar estrictamente que se respete la normativa, especialmente los aspectos que afectan a la salud de los consumidores. Es fácil engañar a un cliente cambiando la etiqueta de la caja para que no se vea que el origen del producto no garantiza su salubridad. Hay tecnología (blockchain) disponible para garantizar la trazabilidad y evitar el fraude. Empresas y administraciones son responsables de permitir este ataque a los productores que sí cumplen con la normativa, y de no proteger la salud de los ciudadanos, dejando entrar y comercializar en nuestro mercado productos de países que no respetan las mismas normas. No es legal ni justo competir así. Acabaremos perdiendo la confianza en empresas y administraciones. Luego vendrán las lamentaciones.

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