Puerto Rico es, por antonomasia, tierra de los festivales y festejos, celebraciones asociadas al carácter extrovertido de los boricuas que no desaprovechan una ocasión para echarse a la calle en busca de la alegría de la vida.
DESTACADOS.
+++ Uno de los certámenes más antiguos que se celebran en Puerto Rico es el de las Máscaras, que cada mes de diciembre y tiene lugar en Hatillo, un municipio de la costa norte de la isla. La celebración tiene su origen en 1823, cuando inmigrantes provenientes de Islas Canarias se disfrazaban de mujeres y demonios y visitaban a caballo los hogares de familiares y amigos para gastarles bromas.
+++ El baile también se cuela en la tradicional festividad puertorriqueña cuando cada segundo domingo de marzo se celebra el Día Nacional de la Salsa, donde miles de seguidores de este género caribeÒo se reúnen para bailar y hacerle honor al ritmo.
+++ En la isla se celebran reconocidos eventos como el Festival de las Flores en Aibonito; el de la novilla y de la hamaca en San Sebastián; el del tinglar en Luquillo, o el de la abeja en Lares. La larga oferta incluye también encuentros internacionales literarios, como el Festival de la Palabra en San Juan.
La mejor muestra del carácter bullicioso de los puertorriqueños son las tradicionales Fiestas de la Calle San Sebastián, que se celebran cada tercer fin de semana de enero en el casco histórico de la capital, el evento m·s concurrido en la isla al que acuden decenas de miles de personas.
La tradicional celebración incluye espectáculos musicales, venta de comida típica y artesanías locales, para un festejo al que contribuyó el fallecido historiador y antropólogo puertorriqueño Ricardo Alegría.
"El movimiento en Puerto Rico lo inició Alegría hace 60 años celebrando eventos artesanales por los pueblos de la isla con los que fomentar el interés cultural", destaca la directora del Programa de las Artes Escénicas del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), Aixa Ruiz.
Las Fiestas de la Calle San Sebastián se celebran días después de que culminen las denominadas "Navidades más largas del mundo" en Puerto Rico, que arrancan prácticamente en el Día de Acción de Gracias, el último fin de semana de noviembre.
Las celebraciones prosiguen con las festividades navideñas y el Fin de Año hasta las "octavitas", como se conocen a los días que se extienden hasta la festividad de Reyes cada 6 de enero.
COMIENZOS DE LOS FESTIVALES.
De acuerdo con Ruiz, el primer festival cultural que organizó Alegría en Puerto Rico fue la Feria Nacional de Artesanías de Barranquitas, un municipio del interior de la isla.
El evento lleva celebrándose desde hace 50 años cada mes de julio y cuenta con la presencia de centenares de artesanos.
"Los centros culturales de cada pueblo están adscritos al ICP para que hagan sus propios eventos por el interÈs de sus residentes, lo que llevó al surgimiento de festivales emblemáticos", según Ruiz.
Uno de los certámenes más antiguos que se celebran en Puerto Rico es el de las Máscaras, que cada mes de diciembre y tiene lugar en Hatillo, un municipio de la costa norte de la isla.
La celebración tiene su origen en 1823, cuando inmigrantes provenientes de Islas Canarias se disfrazaban de mujeres y demonios y visitaban a caballo los hogares de familiares y
amigos para gastarles bromas.
La primera edición se organizó formalmente en los años setenta del pasado siglo, aunque es una actividad que también hay quienes relacionan con la tradición del Día de los Inocentes.
Los hatillanos han agregado, con los años, otras costumbres como la utilización de carrozas, camionetas y vehículos todo terreno, desde donde saltan con los automóviles en movimiento.
Los enmascarados hacen bromas entre ellos, vierten crema de afeitar, ron o agua, y se dan golpes y fuertes abrazos.
AMPLIA OFERTA DE FESTIVALES.
En la isla se celebran otros reconocidos eventos como el Festival de las Flores en Aibonito; el de la novilla y de la hamaca en San Sebastián; el del tinglar en Luquillo, o el de la abeja en Lares.
La larga oferta incluye encuentros internacionales de teatro o literarios, como el Festival de la Palabra en San Juan, donde se congregan escritores y seguidores de las letras en general.
A estas festividades se suman citas gastronómicas que incluyen, el Festival de la china (naranja), el del café, del plátano, de la longaniza, el del pastel, la molleja, el del pollo, el del lechón, el del mojo isleño o cualquier producto gastronómico imaginable.
Todos estos eventos suelen ir acompañados de una parte musical, una manera de atraer público.
"Lo vemos desde una perspectiva de creación de empleo. El integrar presentaciones musicales siempre ha sido una alternativa para seguir hacia adelante", afirma Ruiz, que lleva trabajando más de una década en el programa cultural del ICP, la entidad creada por Alegría.
Ruiz indicó que los problemas que han acompañado a la economía local desde hace años, acompañados del despido de miles de empleados públicos, supuso que muchos puertorriqueños pusieran sus ojos en creatividad y más concretamente en la artesanía. "Nuestro propósito es ofrecer un espacio para la creatividad de los artistas", resalta Ruiz.
EL BAILE COMO PARTE DE LA FESTIVIDAD.
El baile también se cuela en la tradicional festividad puertorriqueña cuando cada segundo domingo de marzo se celebra el Día Nacional de la Salsa, donde miles de seguidores de este género caribeÒo se reúnen para bailar y hacerle honor al ritmo.
Desde tempranas horas de la mañana los "cocolos", como se denomina a los salseros "de pura cepa", se reúnen para dar rienda suelta a las canciones de sus artistas favoritos y tirar sus pasos de baile.
En esta festividad musical, que se ha celebrado durante 31 años, se han presentado artistas de la talla de Ismael Rivera, Héctor Lavoe, Rubén Blades, Oscar D' León, Celia Cruz, Richie Ray y Bobby Cruz, Frankie Ruiz, Raphy Leavitt y La Selecta, El Gran Combo de Puerto Rico o La Zodiac, entre otros.
Igualmente se celebran festivales dedicados a los géneros autóctonos de la bomba y la plena en diversos municipios de la isla, principalmente en las áreas donde se tocan y difunden estos ritmos más habitualmente como Loíza, Ponce, Carolina, Mayaguez y Dorado.
Los inicios de la bomba, el género musical más antiguo de Puerto Rico, se remonta a los tiempos de los esclavos africanos que se diseminaron por el Caribe tras la revolución haitiana a finales del siglo XVIII y que llegaron a Puerto Rico por el oeste de la isla.
La historia apunta a que, con sus bailes en torno al tambor, los africanos celebraban
bautismos y uniones e incluso planeaban rebeliones contra sus amos.
Estos festejos sólo estaban permitidos los domingos y los dÌas de fiestas de las iglesias.
La plena es una interpretación musical en la que participan personas que tocan los panderos redondos requinto, seguidor y punteador, acompañados por un coro de músicos que narran sucesos o hacen comentarios sociales o satíricos.
"Nuestro propósito principal es dejarle saber a los que no nos conocen nuestra cultura y que nos sentimos orgullosos por las tres razas: española, india y africana. Igualmente, custodiamos la música autÛctona de nuestros artistas", subraya Ruiz.
