“Estoy muy feliz por estar, en Conil y en esta modélica Peña El Albero y poder dialogar con todos. Mi vida está dedicada por entero al toro. La ilusión de niño de ser torero se cumplió. Fue un camino de espino, muy duro, que mereció la pena, para alcanzar la gloria, que es lo mas hermoso”. Con estas palabras iniciaba el maestro Palomo Linares su intervención, en el acto que presentó y moderó al catedrático emérito de Obstetricia y Ginecología y escritor taurino Rafael Comino Delgado, quien ofreció un logrado documental “Un torero de leyenda”, sobre la biografía del torero. La peña El Albero, lució sus mejores galas, con un lleno completo.
Resultó amena la charla entre el maestro y presentador, con un público atento y entusiasta que en muchos momentos realizó todo tipo de preguntas. No renunció Palomo a sus orígenes desvelando que fue aprendiz de zapatero y su padre minero. Comentó que con 16 años se plantó en Madrid en la desaparecida plaza de toros de Vista Alegre, donde por aquel entonces había cientos de jóvenes en busca de una oportunidad, para poder torear. Los hermanos Lozano se fijaron en él y ahí comenzó su historia. Se refirió a que “el mundo del toro le ha dado todo” y se siente satisfecho de haber llegado a figura del toreo, que es más difícil, según Palomo, que ser Papa.
Contó infinidad de anécdotas, como aquella ocasión que usó como muleta, una falda roja de su hermana, porque no tenía para comprarse una. De su paso por Cádiz, recordó las plazas de El Puerto, Jerez, Algeciras y la desaparecida de la capital, donde un 12 de octubre de 1966, se encerró ante seis toros y lo sacaron a hombros. Fue llevado por toda la avenida hasta el Hotel Playa y al entrar en el vestíbulo se formó tal tumulto que partieron la puerta de entrada que era de cristal. Sobre el toro de hoy, advirtió “es mas grande que el de mi época, y mas bravo”.Habló del único rabo que se ha cortado desde el año 1972 en Madrid, en una tarde apoteósica donde de Palomo puso las Ventas boca abajo y que tanta polémica levantó. Ese mismo año igualmente cortó otro rabo en la Monumental de México.
Sobre su también profesión de pintor, afirmó que ya pintaba antes de ser novillero. Sus cuadros están expuestos en numerosas galerías y colecciones de todo el mundo. Su estilo se define como abstracto. En su polifacética trayectoria, figura el cine, donde intervino en cinco películas entre ellas “Nuevo en esta plaza”.
Al finalizar el acto, el presidente Tomás Rodriguez, entregó unas placas como recuerdo a los participantes, agradeciendo la presencia del maestro, felicitando a los peñistas y aficionados, señalando que “se había vivido una noche importante para la memoria”.
Acudieron los matadores Emilio Oliva y Adolfo Avila “El Paquiro”, amigo personales y compañeros de Palomo. El alcalde, Juan M. Bermúdez, acudió acompañado de la concejala de Campo y Monte Público, María del Carmen García Caro, clausurando el acto y subrayando “el respeto y apoyo que merece la Fiesta”.