Armonizar la música, las voces solistas y el numeroso coro es tarea del maestro Miguel Ángel Gómez-Martínez, que debuta en el coliseo jerezano. Llega avalado por una impresionante carrera como director musical en los principales escenarios internacionales y al frente de las más prestigiosas orquestas. Recientemente, ha sido nombrado Granadino del Siglo XX y ha recibido la Medalla de Oro de su ciudad natal. Gómez-Martínez se hizo merecedor en 1995 de la Encomienda de Número de la Orden del Mérito Civil, que le entregó el Rey Juan Carlos I.
una obra inmortal
La idea de componer este 'Réquiem' nació en Verdi de la necesidad de conmemorar el primer aniversario de la muerte de Rossini. Iba a ser un proyecto en colaboración con otros músicos que no llegó a buen puerto. Sin embargo, la partitura vería la luz en otoño de 1873 como consecuencia de la desaparición de su compatriota Alessandro Manzoni, comprometido también con la unidad de Italia. Fue durante su estancia en la capital de Francia y aprovechando un retiro voluntario del mundo de la ópera.
En el 'Réquiem' su autor sigue de una forma libre el canon de la liturgia católica. La orquesta inicia la obra reflejando perfectamente los sentimientos de tristeza y esperanza. La segunda parte -'Sequencia (Die Irae)'- irrumpe con enorme excitación y tensión sonora con una evidente intención de sugerir miedo. En el 'Offertorio' cada uno de los miembros del cuarteto de solistas canta la plegaria de salvación, cuyo final refleja la serenidad que irradia recibir del Señor la salvación de las almas de los difuntos.
Tras este 'Réquiem', la temporada Lírica del Teatro Villamarta continuará los días 11 y 13 de noviembre con la puesta en escena de 'La Traviata', una producción del coliseo jerezano que cuenta con María Ercolano e Ismael Jordi entre los cantantes protagonistas. Una gran apuesta dedicada a los aficionados a este arte.