Batacazo en la próxima campaña olivarera en la provincia de Jaén. Ni los datos más pesimistas hacían presagiar un aforo de 360.000 toneladas de aceite, lo que supone un descenso del 28,5% con relación a la anterior campaña. Los datos del aforo hechos públicos ayer lunes por el consejero de Agricultura, Rodrigo Sánchez, confirman la pésima campaña que afronta el olivar de Jaén debido, básicamente, a la ausencia de lluvias y las elevadas temperaturas de los últimos meses. No todas las comarcas están igualmente afectadas, siendo las más castigadas las Sierras y El Condado, donde apenas existe regadío y donde prevalece el secano.
La producción prevista en Andalucía es de 884.000 toneladas, un 15,8% menos que la campaña anterior. El descenso es casi generalizado en las principales provincias productoras, aunque llama la atención el aumento del 7,7% que se registra en Sevilla, un dato que el consejero atribuyó al efecto de las nuevas plantaciones de olivar y no a un supuesto privilegio en la dotación de riego en el Bajo Guadalquivir. Aún así, el consejero de Agricultura respaldó la reivindicación de las organizaciones agrarias para ampliar hasta noviembre el riego de apoyo para el olivar
En toda España, la producción baja un 10% (por el impacto de Jaén, sobre todo) y la cosecha a nivel mundial se estima en 2.864.000 toneladas, un 12% más, un crecimiento debido al tirón en países como Italia o Grecia. La producción nacional de poco más de 1,1 millones de toneladas de aceite de oliva, sumadas a las 304.400 toneladas del enlace al pasado 30 de septiembre, darían un enlace o disponibilidad de en torno a 1,4 millones de toneladas, menor también que en la pasada campaña.
La drástica caída de la producción en Jaén también tendrá reflejo en el empleo. En Jaén, se estiman unos 4,8 millones de jornale (un 35% del total en Andalucía), frente a los 5,17 millones que se apuntaron el año anterior. No obstante, de forma adicional se esperan otros 143.500 jornales en tareas de molturación.
El consejero de Agricultura, Rodrigo Sánchez, destacó el tirón de las exportaciones de aceite de oliva en el último año y se mostró confiado en que, pese a la mala previsión de cosecha, no haya tensiones en los precios. El pico más alto se registró en mayo de este año con 4.05 euros el kilo en el virgen extra. La comercialización exterior de octubre de 2016 a agosto de 2017 se han elevado, no en vano, hasta los 2.536 millones de euros, superando ya al conjunto de toda la campaña anterior. Con los últimos datos hasta agosto, las exportaciones andaluzas de aceite de oliva han crecido un 24,8% respecto al mismo periodo del pasado ejercicio, lo que a su vez supone un 13% más que en todo el curso completo (a falta aún de las cifras del mes de septiembre de este año). En Jaén el incremento ha sido aún mayor, un 40,6%, hasta sobrepasar los 290 millones de euros.
Sánchez Haro advirtió, no obstante, de que se trata de estimaciones y que la producción real dependerá, sobre todo, de la evolución de la climatología y del posible trasvase de aceituna de mesa a almazara. Con todo, a pesar de este escenario sombrío, el consejero expresó su confianza por que el sector afiance un liderazgo, que quedó claro en el último ejercicio con unas exportaciones, entre octubre y agosto, por valor de más de 2.500 millones de euros.
Rodrigo Sánchez Haro afirmó que, ante una realidad marcada por una menor producción y más competencia que en la campaña anterior, “debemos unir más aún nuestros esfuerzos para generar mayor valor, diferenciando la calidad de los aceites, y seguir conquistando los mercados internacionales”. Todo ello, continuó el consejero, con “un trabajo orientado al beneficio de todos los eslabones de la cadena de una forma equilibrada”. Esto último, según agregó el consejero, es un “objetivo irrenunciable” del departamento que dirige, como también lo es el apoyo al sector para afrontar los retos a medio y largo plazo.
El Consejo Oleícola Internacional (COI) calcula que la producción mundial de aceite de oliva se incrementará un 12% para alcanzar las 2.854.000 toneladas, un aumento que descansa, en especial, en la recuperación del cultivo en países como Italia (un 75% más) y Grecia (un 54% más) y en la campaña récord que se espera en Portugal (un 58% más). Aún así, como ha matizado el titular de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, este volumen (al que España aporta 1.150.000 toneladas, alrededor del 80% procede de Andalucía) está muy lejos de las 3.552.000 toneladas que se registraron, como techo histórico, en la campaña 2013-2014. Sobre la aceituna de mesa, el COI fija la cosecha mundial en 2.951.500 toneladas, lo que supone un incremento del 3% y el establecimiento de un nuevo hito, alimentado, entre otros, por los resultados de Egipto (un 30% más), Turquía (un 4% más) o Grecia (un 31% más).
Cañamero
De otro lado, el diputado de Unidos Podemos por Jaén, Diego Cañamero, solicitó ayer mayor vigilancia de la Inspección de Trabajo en los tajos de aceituna para evitar “los abusos” en materia laboral, máxime en una campaña que va a estar marcada por la sequía y en la que se espera “una importante reducción” de los jornales.
Diego Cañamero señaló en rueda de prensa que su grupo en el Congreso ya ha registrado una pregunta dirigida a la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, para conocer “los mecanismos que tienen pensados poner en marcha para detectar y combatir las irregularidades en materia laboral” durante la campaña de recogida de aceituna. Y alertó de que la sequía va a conllevar no solo una reducción de la producción de aceite de oliva, sino también una merma “considerable” de jornales, que él cifró en un millón de jornales los que se dejarán de trabajar en Andalucía.
Organizaciones agrarias
Mientras, las organizaciones agrarias y cooperativas coinciden en calificar de nefasta la campaña, piden aumentar los riegos y también aumentar el mecanismo de regulación de la oferta. “Que en Jaén baje la aceituna un 28,5% es un mazazo para una provincia que depende, en lo que agricultura se refiere, casi en exclusiva del olivar”, señaló Luis Carlos Valero, gerente de Asaja-Jaén. “Si en nuestra tierra, cuna del olivar, baja la producción, pero la media mundial es más alta, podría darse una situación tan poco favorable respecto a los precios que no se correspondieran con nuestro descenso”, agregó Valero. No obstante, auguró que “el mercado estará bastante equilibrado, por lo que no debería darse ningún repunte a la baja en los precios, sino todo lo contrario”.
“Los datos son incluso peores de lo que esperábamos, el olivar de secano y el de regadío que no ha podido regarse están en situación límite”, indicó Juan Luis Ávila, secretario provincial de COAG, que instó a articular todas las medidas que se aplican en caso de sequía, tales como la reducción de módulos fiscales, la exención del IBI o préstamos a interés cero además de pedir que se amplíe la autorización para regar a aquellos productores que no han consumido totalmente su dotación de agua.
Para el secretario provincial de UPA, Cristóbal Cano, el principal daño se va a producir en el empleo, especialmente en la contratación de las mujeres, porque el número de jornales previsto, 4,8 millones en la provincia, es muy inferior al contabilizado el pasado año. Y a partir de ahí, dijo, la consecuencia directa es una pérdida de riqueza en los pueblos jienenses. “El año pasado teníamos la llave de la producción, pero este año tendremos que hacer acopio de aceite en terceros países. Por eso es fundamental obrar de tal manera que consigamos mantener la cuota de mercado internacional que hemos ganado con las exportaciones, una vez garantizado el consumo nacional. No podemos dar ningún paso atrás al respecto”, dijo.
El presidente del Consejo Sectorial de Aceite de Oliva de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Cristóbal Gallego, alertó de que el olivar de secano y el de riego deficitario van a ser “especialmente damnificados frente a explotaciones de regadío donde mantendrán e incluso pueden superar producciones pasadas”. Además, Gallego ha urgido la activación del mecanismo de autorregulación de la oferta en el sector con el objetivo de evitar que se produzcan las fluctuaciones y picos de precios debido a campañas de producción tan dispares. “Su activación beneficiaría tanto a productores como a los propios consumidores, los cuales contarían con un mecanismo de protección ante la variabilidad que caracteriza las campañas oleícolas”, dijo. Interóleo espera que los precios del aceite se mantengan estables por encima de los 3 euros pese a la reducción de la cosecha.