El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se presentó hoy ante la ONU para intentar convencer de que Irán y el terrorismo islámico representan peligros parecidos y tienen los mismos deseos de dominación mundial.
"Derrotar al Estado Islámico (EI) y dejar a Irán con poder nuclear es ganar una batalla, pero perder la guerra", afirmó Netanyahu en un discurso de media hora ante la Asamblea General de la ONU, en la penúltima jornada de las sesiones de alto nivel.
Como se esperaba, Netanyahu dedicó la mayoría de su comparecencia a intentar torpedear las negociaciones que mantienen seis potencias mundiales con Irán para llegar a un acuerdo sobre su programa nuclear, garantizando que sus objetivos sean totalmente pacíficos.
Netanyahu, en tono pausado pero firme, calificó al régimen de Teherán como "la amenaza más grave" a la que se enfrenta al mundo, después de mencionar los peligros que representan las acciones de los grupos terroristas islamistas.
Citó declaraciones de dirigentes de grupos terroristas islámicos y del régimen de Teherán en las que coinciden en su intención de ejercer una influencia mundial y de establecer un "gobierno mundial islámico".
"Debemos retirar este cáncer antes de que sea tarde", afirmó Netanyahu al referirse al terrorismo islámico, y dijo que tanto el EI como el movimiento palestino Hamás están a favor de un califato islámico. "Hamás es el EI, y el EI es Hamás", insistió.
Dijo que, desde hace 35 años, el régimen de Teherán defiende una "misión global" para "exportar la revolución al mundo entero" y mencionó de pasada acciones que atribuyó a los Guardianes de la Revolución iraní en una docena de países.
Criticó al presidente iraní, Hosán Rohaní, por recurrir a "lágrimas de cocodrilo" cuando el viernes pasado, en Nueva York, pidió que se levanten las sanciones internacionales impuestas a Irán por su programa nuclear.
El discurso de Netanyahu estuvo precedido de unas declaraciones a los periodistas de su ministro de Exteriores, Avigdor Liberman, en las que se refirió a las negociaciones sobre el programa nuclear iraní entre este país las principales potencias mundiales.
Liberman dijo que Israel sigue estas negociaciones, cuya última ronda se desarrolló la semana pasada en Nueva York, y anunció que Jerusalén mantiene "todas las opciones abiertas" si se llega a un acuerdo que no satisfaga sus deseos.
Netanyahu, en su exposición, insistió en los lazos entre Hamás e Irán y criticó al movimiento palestino por utilizar, según afirmó, "civiles como escudos humanos" durante la reciente ofensiva israelí contra la franja de Gaza, en la que murieron más de 2.000 palestinos en los ataques de Israel.
"Israel hizo lo más posible para minimizar las víctimas civiles palestinas, y Hamás hizo lo más posible para maximizarlas", insistió, y presentó una fotografía en la que se ven dos lanzacohetes al lado de tres niños.
Dijo que Israel atacó Gaza para proteger a sus niños de los cohetes de Hamás, mientras que el movimiento palestino "estaba usando a los niños para proteger sus cohetes".
Aun así, criticó a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU por condenar a Israel por sus acciones en la última ofensiva militar contra Gaza y dijo que cerca de la mitad de las resoluciones de ese órgano afectan a Israel, "la única democracia" de la región.
Terminó Netanyahu con un tono aparentemente más conciliador, al aludir a la búsqueda de una paz en Oriente Medio y pedir"apoyo político y diplomático" de países de la zona para recuperar las negociaciones que quedaron suspendidas en 2010.
Esa paz, dijo, debe ser "genuina", debe implicar el "mutuo reconocimiento" entre Israel y Palestina, debe incluir concesiones territoriales y debe garantizar la seguridad de Israel, a la vez de tener en cuenta "nuevas realidades" que no detalló.
En Oriente Medio "hay nuevos peligros, pero también nuevas posibilidades", dijo Netanyahu en su discurso, casi totalmente en inglés, aunque recurrió al hebreo para leer una cita de Isaías sobre la necesidad defender la verdad en el ejercicio del poder.