Familiares de desaparecidos en el naufragio el lunes en el río Yangtsé de un barco con 456 personas a bordo han vuelto a quejarse hoy por la gestión de la crisis y el trato recibido por algunos funcionarios en la ciudad de Jianli.
"Me han dicho que me vaya a esperar al hotel", señaló una mujer de la ciudad de Tianjin (norte) a un grupo de periodistas frente al tanatorio de Jianli, adonde han comenzado a llegar los últimos cadáveres rescatados.
"Quiero ver el cuerpo de mi madre, pero ellos no me dejan y no entiendo por qué. Debería poder verlo", añadió la mujer, acompañada de su marido, que rompió a llorar en la carpa en la había hablado con varios funcionarios.
Los grupos de rescate han encontrado el cuerpo de su madre, de 63 años, que por el momento no ha podido ver, y aún sigue sin saber nada de otros cinco miembros de su familia que también viajaban en el "Estrella Oriental".
De las 456 personas que iban a bordo cuando se produjo el naufragio, hay 14 supervivientes y se han recuperado 65 cadáveres, por lo que todavía hay 377 desaparecidos.
Tras poder hablar brevemente con la prensa, un funcionario obligó a la mujer y su marido a marcharse en un vehículo oficial.
"No podemos permitir que este caos se produzca con los medios, hay que controlar estas situaciones", dijo un funcionario a otro después de que un numeroso grupo de periodistas hubiera rodeado a la pareja.
Eran los únicos familiares que se encontraban en las afueras del tanatorio, de donde esta semana ha salido una veintena de coches fúnebres con ataúdes.
De momento, las autoridades siguen sin permitir que los familiares accedan al lugar del accidente ni tampoco a periodistas, a no ser que sea un viaje organizado por el propio Gobierno.
Los familiares de los desaparecidos también se quejan especialmente de la falta de información oficial. "Nos vamos enterando de lo que nos pasa por los medios", lamentó este miércoles un hombre de avanzada edad.
En la puerta del tanatorio hay un gran dispositivo militar y policial para evitar la entrada no autorizada al edificio, de la misma manera que se bloquea el acceso a la carretera que da al río donde los equipos de emergencia intentan encontrar supervivientes, ya pasadas más de 60 horas del naufragio.
Dos de los supervivientes son el capitán y el jefe de máquinas, que siguen bajo custodia policial y que han declarado que el barco se hundió a consecuencia de un tornado en menos de un minuto, lo que no permitió reaccionar a la mayoría de los ocupantes.