Juan Antonio Cordero, de 45 años natural de San Fernando y Juan Carlos González, de 39 años y natural de Jerez de la Frontera (Cádiz) llevan siete días asentados frente al Ministerio de Defensa en Madrid como protesta al “trato denigrante que sufren los militares heridos, con enfermedades excluyentes y discapacitados por el propio Ministerio el cual consideran su casa”.
Cordero con un 65 por ciento de discapacidad reconocida por la Comunidad de Madrid, Caballero Legionario Paracaidista con múltiples misiones en el extranjero, fue expulsado con un trastorno psicofísico, estress post-traumático y un episodio de acoso laboral reconocido en sus informes, según aclara en su protesta.
González, Infante de Marina con un 42 por ciento de discapacidad reconocida por la Junta de Andalucía, fue expulsado tras una operación por un ataque epiléptico severo provocado mientras montaba guardia en su acuartelamiento y lo obligaron permanecer en su puesto mientras las dependencias fueron fumigadas para su desinsectación y desratización.
Denuncian que a pesar de su discapacidad reconocida por el más alto estamento sanitario de la Comunidad de residencia, los organismos sanitarios y de evaluación del Ministerio de Defensa los expulsan y asignan un 40 por ciento de discapacidad y un 5 po ciento respectivamente. Estos porcentajes no les da derecho a una pensión por discapacidad a la que en la vida civil sí hubieran tenido derecho.
Han iniciado esta protesta para denunciar el trato “humillante” que están recibiendo y solicitan ser atendidos por el Ministerio.
