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Alfonsito: "Me siento muy orgulloso del cariño que me da San Fernando"

"Esta pandemia nos obliga a todos los hosteleros a reinventarnos y adaptarnos a las circunstancias", dice Alfonso García Mayor de Londoño.

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Hace años -no muchos porque los protagonistas son jóvenes- Loli Guerra, locutora de Radio La Isla, le preguntó qué hacía todo el día con el ordenador en vez de estar trabajando. Y él le respondió que estaba trabajando..
Fue de los primeros que se dio cuenta de las posibilidades de internet y las redes sociales para llegar a sus amigos y además, a sus clientes. No en vano Alfonso García Mayor de Londoño es el propietario del Bodegón Andalucía, uno de los locales de hostelería más conocido de la ciudad.  Y de más allá.
Era una forma de comunicar a la gente lo que ofrecía pero era y es sobre todo una forma de estar en contacto con sus amigos, independientemente de que en su perfil de Facebook haya llegado a la cifra máxima y en la página del Bodegón Andalucía esté por encima de los 14.000.
O sea, que es de los amigos, pero es que le salen amigos por todos lados gracias a algo que aprendió de su padre, la solidaridad, la vocación de ayuda a los demás, el ser un hombre bueno que es algo que no está al alcance de todos.
Dice que está “muy orgulloso del cariño que le da su ciudad” que en cierto modo -esto nunca lo diría él- es una parte de lo que él le da a la ciudad y a los ciudadanos.

Reconocimientos
Fue rey mago, Baltasar y Papa Noel de la Asociación de Comerciantes de San Fernando (Acosafe), además de pregonar la Feria de la Gastronomía isleña. Eso es por lo que dice que está agradecido pero sobre todo por el cariño de la gente de a pie, la que va por su establecimiento y la que lo conoce en su trabajo y en sus quehaceres.
Los quehaceres son poner un cesto de bocadillos en la puerta del Bodegón Andalucía para el que lo necesite, allá en aquella crisis de 2008 -¡si es que no salimos de una y nos metemos en otra!-; enterarse de que El Comedor El Pan Nuestro se ha quedado sin coche para transportar la comida y regalarse el suyo; organizar actos en los que se reciben alimentos para los más necesitados...
O repartir mascarillas durante el cofinamiento, “que a mí me venía bien porque estaba aburrido en mi casa”. ¿Aburrido Alfonsito? En realidad no termina de meterse en una y ya está en otra. Como las crisis, pero en bueno.
Pero lo ha pasado mal, como todos. Se ha tenido que enfrentar, como todos, a algo desconocido y que amenazaba el trabajo de toda una vida. Y ha sabido -o está en ello- adaptarse a lo nuevo, a esta realidad que amenaza con ir para largo al menor descuido.
“Esta pandemia nos obliga a los hosteleros a reinventarnos y adaptarnos a las circunstancias”, dice. No todos lo van a poder hacer porque muchos se quedarán en el camino, pero él lo está consiguiendo.

De repartidor
Comenzó con él mismo como repartidor y con un cocinero cuando sólo se podía vender comida a domicilio y luego llegaron los caracoles y con ellos la esencia del Bodegón Andalucía.
Ha ido pasando las distintas fases de la desescalada recuperando poco a poco a todo el personal que tenía en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y ahora todo está en orden dentro de esta anormalidad que eufemísticamente llaman “nueva normalidad”.
Si en cada crisis hay una oportunidad, Alfonso García la ha estado aprovechando y coincide en que muchos de los proyectos -no sólo los suyos, sino los del sector- que esperaban fechas más lejanas se han adelantado. Como la telecomida que él ahora ya no puede ofrecerla porque tiene el Bodegón a tope. Al tope que se permite, claro.
Eso sí, el confinamiento, aunque haya sido a la fuerza, le ha servido para estar con su familia y para pensar cosas nuevas que ya se irán viendo. Si hubiera habido confinamiento también las habría pensado. Pueden estar seguros.
Ahora es también vicepresidente de la Cofradía Gastronómica Los Esteros, lo que le lleva a otra labor de difusión de la comida tradicional de La Isla y a defender esa maravilla que se cría en las marismas y se sirve en las mejores mesas, el pescado de estero.
Y por difundir, difunde también los nombres de otra gente que como él piensan en los demás y considera héroes sin capa como Ray, o heroínas como Sara Domínguez, de Puntadas Solidarias o Carmen Heredia, Flousi (lo mismo no está bien escrito).
“Son personas maravillosas -él dice supermaravillosas- que lo dan todo a cambio de nada y siempre están dispuestos a ayudar en todo lo que se pueda”. Como el. Y eso que ser bueno implicar hasta ser criticado.  El alma humana también puede llegar a ser miserable.
Se queda con esa frase. Una crisis siempre es una oportunidad. Y el que no lo ve así es que ya viene tocado, decía al arriba firmante otro empresario.
Tiene claro que es como es y no va a dejar de serlo y posiblemente aunque quisiera ser otra persona, nunca dejará de ser Alfonsito del Bodegón Andalucía. Alfonso GarcíaMayor de Londoño.

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