Imaginemos que, terminada la temporada, el presidente de un club de fútbol hiciera balance de los resultados del equipo diciendo que ese año sus delanteros han marcado 20 goles más que en el anterior; que han transformado seis lanzamientos más de faltas; que han sacado 60 córneres más; que entre los miembros de la delantera se han dado una docena más de asistencias (término importado del baloncesto, cuando el clásico de toda la vida es pases) y que la posesión del balón creció en un 15%. Todo tipo de estadísticas positivas, pero camuflando entre los árboles, para que no se vea el bosque, los goles encajados, los balones perdidos o los jugadores expulsados. Y, sobre todo, la respuesta a la pregunta del millón, la que realmente se hacen los aficionados: ¿en qué puesto de la clasificación general quedó el equipo?
Pues, mutatis mutandis, algo similar a esta metáfora futbolística es lo que ha hecho la Autoridad Portuaria de Sevilla, cuyo presidente es Rafael Carmona, en su comunicado de febrero sobre el balance del puerto sevillano en 2021. En el titular destacó que había cerrado el ejercicio con un crecimiento del 11% en tráfico de contenedores y de un 4% en graneles líquidos, y que las concesiones a empresas superaron los 74.000 m2, destinados a ampliar la capacidad de las instalaciones graneleras con naves y un nuevo muelle.
Y también subrayó que creció en un 24,2% las chatarras de hierro (501.000 toneladas) que abastecen como materia prima las dos plantas siderúrgicas del hinterland del puerto sevillano, una en Alcalá de Guadaíra y otra en Jerez de los Caballeros. Además, el cemento y el clinker se sitúan un 18 % por encima de las cifras del año previo, con 264.260 toneladas, y se recupera el tráfico rodado un 5 %, con más de 8.600 unidades ro-ro.
Menos que cuando el Covid
Después de éstas y otras estadísticas en la misma línea, se aborda por fin la cuestión clave, de esta manera: “En términos generales, el balance anual de tráfico se ha cerrado con 4,2 millones de toneladas (- 0,6 %). En concreto, en 2021 se han movido 24.334 toneladas menos que en 2020 debido a una bajada en la mercancía general convencional y en graneles sólidos.
Se mantiene, por tanto, el equilibrio en el volumen de mercancías movidas respecto a 2020, cuando el Puerto de Sevilla fue uno de los puertos nacionales que menor contracción de tráfico experimentó durante la pandemia”.
Hay una discrepancia entre los datos que divulga la Autoridad Portuaria de Sevilla y los difundidos por Puertos del Estado, ya que según este organismo del Gobierno de España el puerto sevillano movió 25.394 toneladas menos de mercancías, aunque tampoco es cuestión de hacer casus belli por una discordancia de 1.060 toneladas.
Lo verdaderamente significativo es que el puerto de nuestra ciudad movió el año pasado menos mercancías que en 2020, el año del estallido de la pandemia, los confinamientos de la población, los ERTE en las empresas y del hundimiento de la actividad económica en general.
Dicho de otro modo, y esto es lo preocupante, el de 2021 no fue el ejercicio de la recuperación para el puerto sevillano, sino el de la confirmación de la caída que viene sufriendo en los últimos años.
La clasificación
Volviendo a la metáfora futbolística, nuestro puerto habría estado en riesgo de descender a Segunda División o de jugar la promoción por la permanencia en Primera, ya que el año pasado estuvo entre los siete últimos, los que perdieron tráfico de mercancías en la clasificación general, a saber: Ceuta (-14,34%); Cartagena (-4,75%), Melilla (-4,16%), Alicante (-3,12%); Algeciras (-2,12%), El Ferrol (-0,71%) y Sevilla (-0,60%).
En el resto de los veintiocho puertos del sistema general del Estado se ha observado una recuperación del tráfico portuario tras el excepcionalmente negativo, por la pandemia del coronavirus, año 2020.
Han destacado especialmente por su crecimiento positivo los puertos de Málaga (+62,50%); Vilagarcía (+24,91%); Almería (+20,75%); Tarragona (+17,98%); Pasaia (+16,48%); Santander (+15,36%); Motril (+14,20%) y Avilés (+14,07%).
Si tomamos como referencia el año 2010, al final del cual ya entró en servicio la nueva esclusa, con todo lo que se dijo iba a suponer para la captación de mayor volumen de mercancías merced al acceso de buques más grandes, y comparamos las estadísticas del puerto de Sevilla con los del resto de Andalucía exceptuando los de Algeciras y Huelva que, por así decirlo, juegan en otra Liga, se observa que al cabo de once años, de la comparación entre 2010 y 2021: el puerto de Sevilla mueve hoy un 3,70% menos de mercancías que entonces; el pequeño de Motril ha crecido en un 29,52%; el de Málaga, con unos balances llenos de altibajos que merecen un estudio en profundidad, lo ha hecho en un 98,54%, y el de la vecina Cádiz, en un 28,96%.
El presidente de la Autoridad Portuaria, Rafael Carmona, ha recalcado en la nota de prensa del organismo que preside que “2021 ha sido un ejercicio muy positivo, en el que hemos lanzado y consolidado importantes proyectos clave para la transformación del Puerto de Sevilla”.
Serie histórica
¿Muy positivo? Volvamos de nuevo a la estadística: los 4,20 millones de toneladas de mercancía son ¡la peor cifra desde el año 2000! El peor dato en veintidós años. ¿Cómo felicitarse, pues? ¿O es que acaso Carmona ha olvidado que la función y misión de un puerto es la carga, descarga y almacenamiento de mercancías y no su transformación en otros proyectos turístico-comerciales con la coartada esa de la “integración puerto-ciudad”, desde Sevilla Park al distrito urbano Muelle de Tablada?
Este peor dato de la historia reciente podría servir de argumento perfecto a quienes sientan la tentación de volver a sacar a colación el manido proyecto del dragado de profundización diciendo que la renuncia al mismo es la razón de la decadencia del puerto.
Dejemos que la estadística hable de nuevo. En 2006, el puerto logró el mejor registro de la serie histórica reciente, con un movimiento de 5,34 millones de toneladas. Y entonces no existía la nueva esclusa, ni el estudio científico de las mareas había permitido que aumente en 20 centímetros la escalilla de calados, hasta los 7,20 metros y con idea de llegar hasta 8.
Es decir, sin nueva esclusa, sin más calado y sin dragado de profundización el puerto movió hace 16 años 1,14 millones de toneladas más que ahora. En vez de preguntarnos por qué, se proclama que el balance “es muy positivo”.
Mi teoría es que el puerto es un mero reflejo de Sevilla, un termómetro de su actividad económica y de la evolución de la propia ciudad y de su rol en el conjunto de Andalucía y de España, pero independientemente de ello y volviendo a la metáfora del fútbol, no creo que haya que caer en el mismo conformismo de Koeman cuando siendo entrenador de un Barça en decadencia sin Messi sentenció con un “esto es lo que hay”.
La pregunta que hay que hacerse es cómo se ha llegado a esto y, por ejemplo, hacer un profundo análisis comparativo de la serie histórica para tratar de comprender por qué se mueven casi 300.000 toneladas menos de graneles sólidos que hace un decenio y un 41% menos de toneladas de avituallamiento, y tratar de corregir esta deriva negativa.
El análisis estadístico del (no) movimiento de mercancías es tan importante o más que el de las mareas, pero cuando la prioridad es dar un pelotazo urbanístico en la avenida de La(s) Raza(s) y convertir el muelle de Tablada en una zona de comercios y de bares, ¿qué importa un millón de toneladas menos?