La Audiencia de Sevilla ha condenado a un año de cárcel y el pago de 1.000 euros de indemnización a un hombre que pegó al médico de un Centro de Salud que no le recetó los medicamentos que pedía.
Los hechos ocurrieron sobre las 13.15 horas del 20 de enero de 2006 en el Centro de Salud Nuestra Señora de la Oliva de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), cuando el acusado José Antonio M.M., de 57 años, pretendía que el médico de guardia le recetase unas medicinas.
El médico se negó por no ser su cometido, por lo que el acusado puso una queja en el mostrador de atención al público y se fue, según la sentencia del juzgado penal 15 de Sevilla, ahora confirmada por la Audiencia.
Poco después, el médico estaba almorzando en el bar "Trigueros" en compañía de unos compañeros de trabajo cuando el acusado se dirigió a él, gritándole "que era un sinvergüenza y un hijo de puta".
A continuación le golpeó en la cara con la mano abierta, lo que le causó una herida en el labio con inflamación y crisis de ansiedad, lesiones de las que sanó en ocho días.
Por ello, José Antonio M.M. fue condenado por un delito de atentado a la autoridad pues el agredido tenía ese momento la condición de funcionario público como médico colegiado del Servicio Andaluz de Salud (SAS) y fue acometido con motivo de su actuación profesional.
La sentencia de la Audiencia considera demostrado que la agresión se produjo por los testimonios "unánimes" de los tres testigos y rechaza el recurso de la defensa, que pretendía "apurar diferencias entre los relatos de cada uno de ellos".
Los jueces recuerdan que el testimonio que se presta en un juicio "no es una especie de prueba de memoria" sino que se va "configurando al cabo del tiempo, de modo que las imágenes que quedaron fijadas en la memoria se complementan y a veces se reconfiguran con las evocaciones de otros" o las conversaciones que se han mantenido sobre ello.
La Audiencia rechaza además la parte del recurso que se refiere al hecho de que la médico forense no declarase en el juicio porque, según se aprecia en el DVD grabado, el abogado del propio acusado renunció a dicha prueba cuando se lo preguntó el juez.